Exclusivo
Actualidad
Esmeraldas: manabita entrega más de 12 mil panes y leche a los afectados por inundaciones
El hombre trabaja desde las 4 de la mañana para hacer pan y regalarle a las familias afectadas. Si hace falta, regrese a su panadería y prepara más
Mauro es oriundo de Jipijapa, Manabí, pero ya es un esmeraldeño más. Siente a esta tierra como suya y a su gente como sus hermanos. Vive en la Ciudad Verde hace 20 años y desde entonces es dueño de la panadería Mauro's Pan, donde todas las madrugadas, por estos días, elabora sus productos para donarlos.
Mauro Sánchez y su esposa Jessenia Basurto reparten 3.000 panes y 180 litros de leche diarios en los barrios de Esmeraldas, afectados por el destructor desbordamiento del río Teaone, cuyas secuelas aún están latentes.
Lo hacen con sus propios recursos y sin esperar nada a cambio, solo por la satisfacción de ver a niños y adultos sonreír cuando reciben los alimentos, pues si bien son de otra provincia, ellos se sienten bien esmeraldeños y apegados a esta tierra.
“Gracias a usted vamos a desayunar, gracias don Mauro”, le dijo la mañana de este jueves 8 de junio de 2023 una mujer, madre de seis menores de edad, que recibió la donación en el barrio Los Mangos, ubicado en el sur de la ciudad, donde sus moradores siguen sacando lodo de sus casas y tratando de recuperar alguna pertenencia.
Ella y sus hijos se habían acostado a dormir con el estómago vacío, porque la corriente se les llevó la cocina y no tienen en qué preparar sus alimentos. Por eso los pancitos y la leche que les llevaron Mauro y Jessenia les cayeron del cielo, pues como ocurre con muchas otras familias afectadas. Para algunos, ese podría ser el único bocado que prueben en todo el día.
Mauro y Jessenia tienen el corazón más grande que los poderosos hornos en los que preparan los panes. Desde el lunes, un día después de la tragedia, se levantan a las cuatro de la madrugada para elaborar los 3.000 panes que entregan cada día en las diferentes zonas afectadas por el temporal.
Para esta iniciativa solidaria, Mauro recibió el apoyo de la empresa privada, que le donó harina y grasa para elaborar los panes. Él pone el resto de los ingredientes, su taller, la mano de obra y su tiempo.
Su jornada termina todos los días pasadas las 22:00. Cuando los panes no alcanzan, vuelve al taller a elaborar más y los reparte en la tarde. Sus recorridos solidarios empiezan a las 07:00, pero antes de salir siempre agradece a Dios la bendición de poder ayudar a los demás.
En una funda coloca cinco panes de sal que le entrega a cada persona junto con medio litro de leche. Todo el cargamento lo sube a su camioneta dentro de cartones, se pone sus botas amarillas y empieza su cruzada humanitaria junto con su esposa.
“Nosotros hacemos esto de corazón, porque nos nace hacerlo. Se nos quiebra el corazón y se nos salen las lágrimas ver a tanta gente con hambre, personas y criaturas que solo están comiendo una vez al día. Por eso nos hemos movilizado con esta pequeña ayuda”, afirma Mauro.
Pero esta no es la primera vez que hacen obra social, lo hicieron en Santo Domingo, en La Concordia y en la provincia de Manabí cuando fue el terremoto de 2016.