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Miguel explica cómo se debe ir modelando la imagen de la persona en la escultura.Vicente Tagle / EXTRA

¡En Guayaquil ya se hacen esculturas con las cenizas de los muertos!

La propuesta busca romper los prejuicios en los ecuatorianos. Se usa entre el 20 al 40% de las cenizas. También puede aplicarse a altos relieves.

Olvo eres y al polvo volverás. Así dice la Biblia en Génesis 3:19 sobre el fin del hombre. Una vez muerto, su carne y su cuerpo ya no son más. Un sepulcro eterno o quizá un cenizario serán su última morada

Aunque eso ha cambiado un poco. Hoy, bien puede llevar el recuerdo de su ser querido a casa, transformado en una obra de arte, como una escultura o un alto relieve, o tal vez en una joya memorial, una pulsera u otro objeto de uso diario.

La necroescultura, donde se aprovechan las cenizas de los difuntos (luego del proceso de incineración), y otras técnicas que usan la leche materna, el cordón umbilical, dientes o hasta rizos de cabello, surgen como una opción para quienes deseen brindar un homenaje diferente a aquellos que dejaron este mundo.

El procedimiento incluso se extiende, y tiene muchos clientes, a aquellos que desean llevar para siempre el recuerdo de sus mascotas.

Es, en fin, el arte de sacarle un ‘recuerdo de vida’ a la muerte.

¿Se animaría a llevar en un dije las cenizas de un ser querido o utilizar las mismas en una escultura para tenerla en casa? Artistas dicen que hay que dejar de lado el tabú y pensar en esto como opciones para recordar a los seres que se fueron para siempre.

Leonel, Miguel y Mario son los tres hermanos de la familia Mera Espinoza que han comenzado con la oferta de la necroescultura, una técnica que consiste en trabajar y crear obras de arte con cenizas de seres humanos.

En Ecuador esto es nuevo, aunque en países como Chile, México y Perú ya lleva algún tiempo.

El trabajo no es fácil, admite Miguel, quien recibió a EXTRA en su taller, ubicado en las calles 11 y Argentina, al suroeste de Guayaquil.

La primera traba a vencer para estos artistas son los prejuicios y el tabú de la tradición y de estar “sobrepasando los límites”, pues se trabaja con los restos de una persona.

Por eso, “una de las cosas básicas es tratar las cenizas con el mayor respeto y que los familiares intervengan en todo el proceso de creación de la escultura que se realice”, explica Miguel, de 32 años y quien se encarga del modelado de las obras.

Una vez que el cuerpo de una persona es cremado toda la parte líquida se evapora y los huesos se trituran. Así, por ejemplo, al final las cenizas de alguien cuyo peso haya sido unos 80 kilos apenas serán unos 2 kilos. De esas, en la escultura se puede usar un 20 a 40 % de las mismas, que se funden con los aglomerantes y otros objetos para la creación.

“La idea es no intervenir mucho las cenizas”, asegura Mario, de 26 años y quien se encarga de la parte del diseño y coordina los proyectos.

En todo este proceso Leonel, de 41 años y quien trabajó 10 años en tanatopraxia (técnica de conservación temporal de cadáveres), se encarga de supervisar el correcto manejo de las cenizas.

Mario Mera dice que también se pueden hacer alto relieves con las cenizas de los fallecidos,Vicente Tagle / EXTRA

Un trabajo a detalle

El modelado, cuando se crea la imagen de la cual se sacará el molde para la escultura final, puede demorar de 2 a 3 semanas antes de llegar a la fundición. Miguel la va trabajando con una fotografía, tomando de ella los más mínimos detalles.

El familiar es parte importante en esta tarea, porque debe ir viendo esas pequeñas cosas que quizá una foto no muestra y que solo ellos recuerdan, como una cicatriz o un lunar, por ejemplo.

La idea es que la escultura o el alto relieve que se haga con la ceniza de la persona querida “tenga la mayor fidelidad posible”.

Incluso, no solo se pueden hacer retratos, sino cosas más abstractas. “En cierta ocasión, la familia de una chica que falleció, que era bióloga, solicitó que se haga una pequeña escultura de un delfín y en ella se colocó una parte de su ceniza”, explica Mario.

Los costos

Un busto de una persona, en las dimensiones estándar (60 x 60 centímetros) puede costar de 2.000 dólares en adelante, dependiendo de algunos detalles y pedidos de los clientes; un alto relieve puede estar entre los 800 a 1.600 dólares.

“La idea es que esto sea visto como una alternativa a otras formas de almacenar las cenizas, como las urnas o los relicarios. Al final ese recuerdo por el ser querido puede expresarse en esculturas para interiores o incluso exteriores”, sentencia Miguel.