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Alex Enríquez asegura que una sombra se le aparecía.Adrián Peñaherrera

Enigmas: El increíble relato de un joven que vivió en una casa embrujada de la ciudadela Ferroviaria

Alex Enríquez asegura que un ente se le subía a la cama y lo tiraba hacia el armario de su habitación. Ese departamento se lo arrendaron baratito...

Eran aproximadamente las 04:00. Se encontraba solo y las luces de su cuarto estaban encendidas. Álex Enríquez se había quedado dormido en la cama mientras estudiaba para los exámenes universitarios. Pero se despertó asustado en el piso luego de sentir que lo jalaron con fuerza.

“Me quedé dormido dando la espalda a un armario. Cuando estaba acostado sentí que me pusieron dos manos en la espalda y me jalaron al armario, el cual siempre tenía cerrado, pero en ese momento las puertas se abrieron misteriosamente”, recordó sobre el evento que le hizo entender que vivía en una casa con actividad paranormal.

Ante el asombro, el oriundo de Salinas, de 33 años, empezó a buscar a un posible ladrón. “No encontré a nadie y puedo asegurar que no estaba soñando, porque debía seguir estudiando y por eso no estaba dormido profundamente”.

Entre 2011 y 2014, Álex alquiló una suite en el segundo piso de un condominio ubicado en la ciudadela Ferroviaria, en el suroeste de Guayaquil, porque se mudó a la ciudad para estudiar la universidad.

El pequeño espacio de unos 8 metros cuadrados, que tiene una habitación, cocina y un balcón que colinda con la calle, según la descripción de Álex, se hizo viral en las redes sociales y la bautizaron como ‘la casa de Amityville’, ya que algunas personas reportaron actividad paranormal en el sitio.

Llegué al lugar porque estaba cerca al centro y nos hicieron un descuento. A mis papás les pareció una buena oferta, pero no teníamos idea de lo que sucedía. Al principio tuve pesadillas con fantasmas, me despertaba asustado, pero no le tomé importancia”, acotó.

Luego de unos seis meses empezó a experimentar hechos paranormales. Escuchaba gritos de una mujer, le abrían y cerraban las puertas y una sombra empezó a aparecer.

Un día estaba acostado en la cama y dejé abiertas las puertas del balcón. Después de un rato veo que una sombra sale corriendo de la cocina al balcón. Me paré y no encontré nada. Luego de unos minutos esa sombra volvió a entrar por el balcón, se me tiró encima y desapareció”, recordó.

A partir de esos eventos, para no sentirse solo, Álex empezó a dormir con el televisor encendido.

Una vez en la madrugada sentí que alguien subió a mi cama, se puso atrás de mí, me puso una mano en mi hombro y escuché el grito de una mujer en mi oído... lo único que hice fue tirarme al piso y cuando miré a la cama no había nadie, esto me empezó a pasar siempre”, contó.

SALIÓ ‘PANIQUEADO’

El primo de Álex, Álvaro Solís, también vivió en el lugar, pero duró unos dos meses.

“Mi primo se despertaba asustado porque una mujer le gritaba al oído y también vio la sombra, por eso que nos fuimos de la casa. Luego por internet nos enteramos de que en esa casa pasaban cosas raras y por eso se iba la gente. Tal vez fue por eso que nos alquilaron la suite en oferta”, dijo.

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