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El comunicador Marlon Torres experimentó un caso paranormal.Ilustración Adrián Peñaherrera

Enigmas: Pasajeros fantasmas asustaron a un periodista de Shushufindi

Marlon Torres contó su experiencia paranormal durante un viaje Huaquillas, en El Oro. Te lo contamos

El carro de un comunicador social que labora en Shushufindi, Sucumbíos, se convirtió, sin quererlo, en un detector de fenómenos sobrenaturales. Marlon Torres es un periodista de esa localidad amazónica y decidió tomarse unos días de vacaciones para retomar con fuerza su oficio de informar.

“Me fui para Huaquillas (El Oro) y estaba durmiendo en una hacienda en un sector conocido como Chacras”, contó. Marlon decidió visitar a unos amigos y pasar un momento ameno; la idea era conversar y hacer algunos videos. Era la noche del 30 de diciembre del año pasado.

Aproximadamente a las 22:00 decidió regresar a la hacienda donde pasaba la noche, pues allí lo esperaba su novia. “Salí de la ciudad y llegué hasta un peaje. Pagué los 25 centavos y lo crucé sin ningún inconveniente”.

Fue en ese momento cuando algo ocurrió, como si se tratara de una falla mecánica. El carro de Marlon tiene en su tablero una pantalla donde se encienden sensores que indican si hay personas en los asientos traseros, alertando que deben ponerse los cinturones de seguridad.

“Yo iba solo. Eso me llamó la atención porque primero se encendió el sensor del asiento izquierdo y luego el del derecho, como si hubiera dos pasajeros. Sinceramente pensé que había dejado maletas, pero cuando regresé a ver, no había nada”.

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El comunicador de Shushufindi se encomendó a Dios

Los sensores del auto de Marlon Torres se prendieron, pero él viajaba solo.Cortesía

Marlon Torres ingresó a una gasolinera y, en ese momento, sintió un escalofrío y el estómago revuelto, como si hubiera una presencia extraña junto a él. Cuando revisó nuevamente el tablero, las alertas se habían apagado.

El comunicador llamó a su pareja para contarle lo que había sucedido y ella le aconsejó que se tranquilizara y manejara despacio. Marlon respiró hondo, conversó durante 10 minutos con su novia y volvió a subirse al vehículo.

“Recorrí unos 100 metros, y los sensores se encendieron nuevamente, pero esta vez los dos al mismo tiempo. En ese momento me encomendé a Dios, pero luego ocurrió algo aún más escalofriante”.

Marlon llegó lo más rápido posible a la hacienda, después de recorrer un camino oscuro, y se percató de algo que le erizó la piel: tras pasar el peaje, había arrojado unas monedas sobre la puerta del conductor, totalmente desordenadas, pero al mirarlas, vio que alguien las había colocado una sobre otra.

Pasaron los días y Marlon hizo revisar el vehículo, pero no presentaba ningún inconveniente mecánico. Para él, este tipo de casos no son extraños, ya que durante la pandemia cubrió la historia de supuestos duendes que arrojaban piedras en las casas de Shushufindi.

En esa época, los fenómenos se hicieron virales en la zona, y en videos se podía escuchar cómo los tejados de las viviendas sonaban como si alguien arrojara rocas. Sin embargo, al revisarlos, no había ningún objeto sobre los tejados.

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