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El relato de un ecuatoriano que asegura haber sido perseguido por ‘Pie Grande’ en Canadá
En 2010, Carlos Cabrera avistó a un gigante en Canadá. La supuesta criatura lo siguió mientras exploraba la zona prohibida de La Montaña Whistler
A sus 16 años, Raúl Cabrera empezó a practicar snowboard, deporte extremo sobre nieve. Escalar los montes más altos del mundo y bajarlos montando su tabla le han dado emoción a su vida, pero lo que halló en una de sus 98 travesías, hasta ahora, es su mejor experiencia: asegura haber visto a Pie Grande en Canadá.
En marzo de 2010, Raúl se mudó a vivir con las tribus aledañas de la comunidad Pemberton, en la ciudad Whistler, porque quería entrenar en la zona prohibida de La Montaña Whistler, la cara sur del monte, que colinda con el Parque Garibaldi, conocida como la ‘casa’ de Pie Grande y el escenario ideal para practicar sowboard.
“Yo llegué al lugar por deporte, pero me terminé encontrando con algo magnífico. En esa zona es normal escuchar que han visto a Pie Grande, por eso me decían que no vaya solo. Después de varias expediciones con los pobladores me atreví a ir solo, pero fue una mala idea”, contó.
Raúl entró a la zona prohibida por la mañana, pero luego de algunas horas se perdió. Lo único que alcanzaba a ver eran los pinos, la nieve y empezó a sentir que lo seguían mientras caminaba con su tabla en la mano, la cual no podía usar porque estaba en un sector sin pendientes.
“Me asusté porque pensaba que era un oso gris, pero no lo veía ni escuchaba sus gruñidos. Seguí caminando por un buen rato y luego me caí en un hueco de unos seis metros de profundidad. Cuando miré hacia arriba vi a alguien. Le pedí ayuda, pero no me hizo caso”, recordó.
HORROR EN LA CUEVA
Tras salir del agujero, el ecuatoriano vio algo que le puso los ‘pelos de punta’, unas pisadas en la nieve que tenían el tamaño del torso de un humano adulto.
“Me quedé impresionado, vi varias de esas pisadas. Luego avancé para buscar una salida y encontré una cueva que parecía una carnicería, porque la cabeza de un alce y sus tripas estaban tiradas. Ni siquiera pude entrar por el mal olor y empecé a correr”, acotó.
Tras recorrer unos metros, Raúl encontró una pendiente. Tiró su tabla y la empezó a montar, pero cuando miró hacia atrás se dio cuenta de que ese supuesto ser lo estaba mirando, el cual tenía el aspecto de Chewbacca, el personaje de la película Star Wars.
Según su descripción, medía unos 3 metros y su cuerpo tenía pelaje.
“Vi cómo se escondía detrás de un árbol y me quedó mirando hasta que me alejé. No le pude ver la cara porque le tapaba el pelo. Lo que me sorprendió es que no me siguió, pero aun así yo seguí alejándome. Sentí que no quería matarme, pero tampoco quería saber por qué me seguía”, dijo.
RESCATADO
Cuando ya estaba por anochecer y la temperatura empezó a descender (en marzo llega hasta -4 grados), Raúl fue rescatado por los guardabosques en helicóptero.
“Cuando me encontraron estaba asustado. No quería decir nada, pero luego hablé con la gente oriunda del lugar y me contaron experiencias parecidas a la mía, que siempre veían esas huellas gigantes. Incluso, les sorprendió que saliera con vida de ese sector, porque se suelen perder las personas y no encuentran sus cuerpos”.