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¿Por qué las empresas de EE. UU. siguen en China a pesar de aranceles del 300%?
Una de las razones de que las empresas sigan en China es porque allá hay un ecosistema industrial que, replicar en Estados Unidos, costaría billones
Donald Trump ha implementado aranceles de hasta el 300 % sobre productos chinos, argumentando que esta medida devolverá los empleos manufacturados a Estados Unidos. ¿Qué tan cierto es eso?
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Muchos empresarios chinos creen que los aranceles traerán de vuelta las fábricas y los empleos, pero eso es no entender cómo funciona la economía global hoy. Las empresas estadounidenses, en lugar de regresar a su país, absorben el costo de los aranceles, trasladan parte al consumidor o buscan alternativas en otros oáises.
China no es solo un centro de mano de obra barata; posee un ecosistema industrial integrado y eficiente. Ciudades como Yiwu y Shenzhen albergan miles de empresas que producen componentes como tornillos, sensores, pantallas y chips, todos ubicados a minutos de distancia unas de otras. Este modelo permite una cadena de suministro ágil y escalable, difícil de replicar en otros países.

El caso del iPhone
Por ejemplo, en Zhengzhou, Foxconn ensambla 500.000 iPhones diarios con 300.000 empleados y una red de proveedores locales. La logística es tan precisa que, si un puerto se detiene, existen rutas alternativas listas para mantener la producción. Recrear este ecosistema en Estados Unidos sería costoso e inviable a corto plazo, según el Boston Consulting Group, que estima que costaría entre $1,5 y $2,5 billones y tomaría entre 15 y 25 años .
(2/3) Meanwhile, in Asia - the region most exposed to tariffs and geopolitical uncertainty - confidence has declined to a new low. pic.twitter.com/ZjimvbHh5y
— Boston Consulting Group (@BCG) April 8, 2025
Ecuador, a años luz de la competencia global
Si Estados Unidos enfrenta dificultades para competir con China, Ecuador se encuentra aún más rezagado. Con un PIB de apenas $120.000 millones en 2024, el país necesitaría invertir más de $500.000 millones durante 30 años solo para intentar montar una red industrial medianamente parecida a la china. Además, enfrenta desafíos como la fragilidad institucional, la falta de técnicos, la escasa inversión en ciencia, la débil infraestructura logística y la inestabilidad política crónica.
El proteccionismo no solo afecta a las empresas chinas; también perjudica a las estadounidenses. Según datos del propio gobierno, el 40% de lo que EE. UU. importa de China son productos fabricados por empresas estadounidenses que operan allá debido a la eficiencia de la cadena de suministro china.
Empresas como Nike, Apple, Tesla y General Motors no producen en China por ideología, sino porque es el único lugar donde sus cadenas de suministro son tan rápidas, eficientes y confiables que pueden competir globalmente. Penalizarlas con aranceles solo encarece sus productos para el consumidor estadounidense.
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