A víspera de las elecciones, cientos de personas se agolparon en los exteriores de las oficinas del Registro Civil, en espera de obtener la cédula de identidad.

Una mayor aglomeración de ciudadanos se evidenció en las instalaciones de Guayaquil y Quito. Algunos se quejaron por “la lentitud del sistema”, aunque ciertos usuarios efectuaron el trámite pese a que la entidad nacional recordó que se puede sufragar con la cédula caducada.

En Guayaquil, cientos de personas formaron colas que superaban las dos cuadras. Unos justificaban el trámite, porque la perdieron o era imposible comprobar los datos.

Roberto (quien reservó su nombre) comentó que extravió la cédula durante un viaje. “No imaginé encontrarme con tremenda cola”, expresó.

A LLENARSE DE PACIENCIA

Luis Pilataxi fue el viernes, a las 21:00, hasta el Registro Civil de Quitumbe, en el sur de la capital, para sacar la cédula. Le robaron el documento a inicios de enero.

El hombre salió ayer a las 11:00 con el documento, luego de haber esperado 13 horas afuera de la oficina. Estaba cansado y con sueño.

Piltaxi llevó cobijas porque sabía que se iba a demorar. “Intenté sacar un turno por internet, pero el sistema me dio la fecha para marzo”, dijo.

Minutos después, funcionarios del Registro Civil y policías se dirigieron al público que esperaba en el lugar que ya no había más turnos. Mediante altavoces indicaron que “fueron entregados 2.500 turnos y el sistema había colapsado. Se habilitarán nuevos a partir de la 01:00 (de hoy)”.

Las personas que formaban una fila interminable y que rodeaba toda la Plaza Quitumbe no querían irse del lugar.

Steven Chugcho fue el último en llegar a la fila. El joven se arrepentía de no haberse quedado desde temprano. Contó que ayer llegó a las 06:00, pero al ver mucha gente se retiró para volver después, pero fue demasiado tarde.

A 'FULL'

El Registro Civil informó mediante un comunicado que asistieran solo las personas que necesitaban sacar la cédula y que no vayan con familiares. Sin embargo, se apreciaba lo contrario.

Elsa Sumba sabía que estarían muchas personas juntas, pero no quería que fuera su hijo solo a la entidad a renovar el documento. Para no generar aglomeraciones, la mujer dejó a su pariente en la fila y ella se fue con su otra hija al césped de la plaza. Sacaron un pequeño colchón y se acostaron hasta esperar que el joven realice el trámite.

En la matriz de la entidad, ubicada en el norte de Quito, la Policía cercó las afueras con mallas para evitar que las personas se amontonen.