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Efraín Ruales también dedicó su vida a la obra de Dios
Conocido por su gran talento como actor, músico y presentador de televisión, no todos sabían de su esencia: su fe en Jesús
De niño entendió que sin fe es imposible vivir y su madre, Narcisa Ríos, le inculcó el ritual de orar y tener los tiempos con Dios, los cuales fueron avivados a su paso por la iglesia Galilea (Urdesa, norte de Guayaquil), la cual visitaba en ocasiones, pues en 2019 se congregó en el templo Casa de Fe (vía a la Costa), sitio en el que se involucró en actividades de servicio cristiano.
Fue parte del programa de asistencia social ‘Cuentan con nosotros’, a través del cual se entregaron cientos de mochilas con útiles escolares y comida, para familias de escasos recursos de la urbe porteña.
En las campañas de ayuda fue uno de los animadores principales. Asimismo participó en obras de teatro. Sí, entregó sus habilidades al servicio de la iglesia.
Siempre se identificó como un comunicador cristiano, sin caer en la religiosidad, él quiso romper esquemas. “Fue un hombre de fe y amor, interesado en dejar el amor de Dios, de manera real y viva, en él no hubo contradicciones. Era de los que quería dejar un mensaje transformador, cambiar vidas”, manifiesta su amigo, el pastor Emilio Villacreses, quien por dos ocasiones lo invitó a dar charlas en el culto de jóvenes que Villacreses dirigía.
“Era muy cercano, le gustaba abrazar; la pandemia le debió costar mucho, porque era muy atento con las personas”, expresa Villacreses, quien indica que varios consejos estudiantiles de diversos colegios se comunicaban con él para que les hiciera conexión con Efraín, pues querían escucharlo en sus charlas.
Es que Efraín llegaba a los jóvenes, a las amas de casa, a toda la familia ecuatoriana.
El pastor de Casa de Fe y su amigo, Carlos Villacrés, invita a orar. “Estoy tratando de sobrellevar esta difícil noticia. Oremos por su familia, su madre, hermanos y enamorada”, menciona Villacrés, líder de la casa de oración, a través de la cual pudo dictar charlas internacionales, como miembro de un equipo de conferencistas de su iglesia.
Compartió contenidos sobre la influencia positiva que debe marcar una persona a través de sus redes sociales. Él decía siempre que Dios es el influencer número 1.