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Eduardo Mosquera: el difícil momento que le ha robado la sonrisa al 'Mosquito'
Un accidente de tránsito estuvo a punto de matarlo. Entérese lo que sucedió con el cómico capitalino.
Eduardo ‘Mosquito’ Mosquera siempre ha combatido con humor a la adversidad, pero en esta ocasión es muy difícil esbozar una sonrisa. En lugar de una carcajada, llora mientras se mira la mano derecha a la que le amputaron su dedo meñique.
“Es muy difícil”, confiesa en un resoplido que se interrumpe con el llanto. Detrás de sus lentes, sus ojos se colorean y las lágrimas brotan. Se tranquiliza y finge alegría para no dejar ‘morir’ a ese personaje cómico que siempre lo ha caracterizado: el cabo Mosquito.
¿Qué pasó? El actor, de 65 años, sufrió un accidente de tránsito cuando colaboraba a un grupo de ciclistas que ayuda a personas no videntes. “Nos encontramos con ellos la mañana del 26 de marzo para ir en bicicleta desde la 6 de Diciembre, subir por la avenida Orellana y la idea era llegar hasta la avenida Amazonas”.
Mosquito, ataviado con su característico uniforme caqui, con tirantes de cuerina blancos y su infaltable casco, estaba en una bici como guía de dos personas no videntes. Cuando estuvieron por subir por la Orellana, “sentí que una sombra gigante se acercaba y nos tumbó (Quito)”, cuenta el actor.
Se trataba de un bus Ecovía que los golpeó. Mosquito y un ciclista resultaron afectados, pero el cómico no sabía lo que le pasó hasta que un dolor empezó a trepidar desde su hombro hasta su mano derecha.
La fractura
Mosquito se estremeció cuando vio que su meñique estaba destrozado. Era como si la tercera falange, la piel y la uña se convirtieron en un dedal que colgaba del hueso roto. La sangre borboteaba de la herida y el actor no atinaba qué hacer porque crecía la molestia.
“Me recostaron y creo que la ambulancia se demoró una hora en llegar. Cuando estuvieron ahí, no sabían a qué hospital llevarme y, para colmo, no podían trasladar al otro herido en la misma ambulancia”, rememora sentado en un sillón blanco de su casa en Conocoto, al sur de Quito.
Finalmente, se autorizó su traslado a un hospital del norte de Quito, donde comenzó otro suplicio. “Desde el accidente hasta el momento que estaba en el área de emergencia habrán pasado unas seis horas”, calcula el afectado.
El dolor era insoportable hasta que decidió suplicar que lo atendieran. Se bajó la mascarilla, los trabajadores de la casa de salud lo reconocieron y lo ayudaron, pero no como él hubiera querido.
La amputación
Los médicos le preguntaron si le habían puesto alguna inyección para el dolor y Mosquito respondió que no. Además, él les mostró que su brazo solamente fue inmovilizado con cartón.
Y ahí le dieron una noticia lapidaria: había pasado mucho tiempo y la fractura expuesta se infectó. “Hasta donde sé, ya no hubo manera de salvar mi dedo y me lo amputaron. Pero ni siquiera fue en un quirófano, sino en la misma camilla”, asegura el quiteño.
Le colocaron unas platinas, le envolvieron la mayor parte de la mano con gasas y ‘pa’ la casa. Fue dado de alta de inmediato y, como no quería saber nada del accidente, dejó a su dedito en el hospital.
Ahora, el reconocido personaje de televisión y de teatro pasa sus días en su vivienda. No ha podido asimilar la pérdida, por lo que planea buscar ayuda psicológica para que el cabo Mosquito se adapte a su nueva condición.