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Editorial: Tarifas eléctricas, otro golpe bajo
La factura de luz no es simplemente un papelito que llega al final del mes; ahora constituye una fuente de preocupación y frustración para muchos hogares y negocios. Los altos cobros en las planillas de electricidad, bajo el pretexto de la crisis energética, representan un nuevo golpe a la economía del pueblo.
Cualquier argumento presentado por las autoridades resulta insuficiente ante el enorme problema que enfrentan las familias ecuatorianas, que ya tienen bastante con lidiar con las interrupciones diarias de servicio que afectan y complican las actividades y rutinas en los hogares y empresas.
Es imprescindible llevar a cabo una auditoría exhaustiva y transparente de los costos que conforman las tarifas eléctricas. Los consumidores merecen conocer con precisión qué están pagando y por qué. Este proceso de transparencia no solo fomentará la confianza en el sistema eléctrico, sino que también permitirá identificar posibles áreas de mejora y eficiencia.
Además, en esta crisis, es oportuno explorar alternativas de energía renovable tanto a nivel doméstico como empresarial.
El problema de las tarifas eléctricas no solo es un problema económico, sino también un tema de justicia social y equidad.