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Ecuatoriana desapareció de un hotel de Estados Unidos: Se esfumó como su sueño americano
La bailarina, de 19 años, viajó con visa de turista, pero se quedó trabajando en la ‘Yoni’ como mesera. Luego fue contratada por una rusa, como dama de compañía.
La última vez que Gardenia Gómez conversó con la menor de sus dos hijos, Sarai Vicenta Llanos Gómez, fue el pasado 14 de junio. Por teléfono, desde Estados Unidos, le confesó a su madre que había discutido con su jefa porque el trabajo no era para mesera, como le habían prometido, sino para dama de compañía.
Desde la noche de aquel día, la guayaquileña no volvió a tener comunicación con su Campeona o Negra Linda, como cariñosamente le dice a su hija. Y a pesar de que la ha llamado y enviado mensajes de texto con insistencia, Sarai no responde y no hay rastros que conduzcan a su paradero.
El 22 de agosto de 2021 la bailarina, de 19 años, viajó a la Yoni para cumplir su anhelo: dar un mejor porvenir a su madre y a sus dos hijos: el mayor de 3 años y el más pequeño de un año y medio. Viajó con visa de turista.
La campeona de danza y ballet por Guayas, en 2017, por 11 meses, se radicó en Chicago (Illinois) y trabajó como mesera en un restaurante. También ayudaba a su padrino en una carreta de comidas rápidas.
Sin embargo, el pasado 10 de junio Sarai decidió buscar nuevos rumbos y mejores ingresos económicos, por lo que se trasladó a Atlanta, en el estado de Georgia, para laborar como mesera en el restaurante de un hotel.
“Un día antes de su desaparición me contó: ‘Mami, una rusa me ha contratado de mesera en un hotel’, pero al día siguiente me dijo que había discutido con esa señora porque no era el trabajo que le habían prometido y que era para hacerles compañía a los hombres. Mi hija estaba molesta y le dijo a su jefa que la iba a demandar. Le dije que tenga cuidado. Yo sentía cierto recelo, algo me daba mala espina”, cuenta llorando.
Rememora que la noche de ese mismo día Sarai le escribió por WhatsApp y le preguntó por sus hijos. Le contestó que estaban dormidos.
“Me escribió: ‘Mami, voy a comer pizza y a ver televisión en el celular’. Enseguida me envió una foto de la habitación del hotel donde estaba. Fue lo último que supe de mi niña. Ya no contesta los mensajes ni las llamadas. No sé qué decirles a los niños, ellos preguntan por su mamá”.
Al día siguiente, como de costumbre, Gardenia le escribió para saludarla y preguntarle si se encontraba bien. “Le puse: ‘Buenos días, hijita linda, bella y hermosa como su mamá’. Me sorprendí porque no me contestó. Me angustié, mi hija siempre respondía. Luego me atreví a llamar a la rusa. Ella me dijo que no me preocupe, que mi hija era dormilona y que seguramente se había quedado dormida. Al día siguiente, sin ‘pelos en la lengua’ me dijo: ‘Tranquila, seguro se fue con un hombre, mañana la dejarán botada en algún hotel. Y no pongas denuncias porque eso de nada te va a servir”’, recuerda la mujer, mientras su corazón busca consuelo en los brazos del mayor de sus nietecitos y sus ojos llorosos clavan la mirada en las fotos de su Campeona que están en las paredes de su humilde vivienda.