¿Hay o no recesión en Ecuador? Tras la publicación del Banco Central del Ecuador (BCE), que indica que el país atraviesa una "etapa de recesión", se ha generado debate entre economistas sobre la veracidad de esta afirmación.

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Por un lado, algunos sostienen que se necesitan al menos dos trimestres consecutivos de decrecimiento para declarar que un país ha entrado en recesión, algo que no ha sucedido aún en Ecuador. Por otro lado, hay quienes consideran que el análisis del BCE sobre el ciclo económico es suficiente para afirmar que el país está experimentando una contracción o una caída sostenida de su Producto Interno Bruto (PIB).

Sin embargo, existe consenso en un punto: el momento actual de Ecuador es complejo y aún no se puede prever cuándo terminará esta situación. Según el reporte del Banco Central, la economía ecuatoriana se mantendrá en recesión hasta el segundo trimestre de 2024, sin claridad sobre la duración exacta de este período de declive. 

La recesión comenzó en el tercer trimestre de 2022, después de haber alcanzado su punto máximo de recuperación tras la crisis provocada por la pandemia de COVID-19.

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"El Banco Central no considera que este ciclo de descenso en la actividad económica haya terminado en el primer trimestre; más bien, sugiere que podría continuar sin haber encontrado un nuevo punto mínimo", comentó José Hidalgo, director de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (Cordes).

El reporte del BCE contradice el mensaje del gobierno de Daniel Noboa en redes sociales. Recientemente, el ministro de Economía y Finanzas, Juan Carlos Vega, destacó el crecimiento del 1,2 % registrado en el primer trimestre de 2024 como uno de los logros de la gestión del régimen.

"Hablar de un crecimiento económico sí suena contradictorio", comentó Hidalgo, señalando que el Gobierno tomó la cifra global del PIB sin mencionar la caída en todos sus componentes: consumo, inversión y exportaciones.

"El reporte indica que estamos en una fase de decrecimiento y que el país se encuentra por debajo de la tendencia de mediano y largo plazo", aseguró Verónica Artola, exgerente del BCE.

Los especialistas sugieren la implementación de medidas, especialmente para impulsar el consumo de las familias y optimizar el gasto público, como dinamizadores de la economía. El indicador considera variables como ingresos petroleros, recaudación del Impuesto al Valor Agregado (IVA), ventas en sectores como manufactura de productos no alimenticios, comercio, construcción y operaciones activas del sector financiero.

"Se debe buscar cómo reactivar esos aspectos para ir mejorando gradualmente, para que la economía comience a moverse. Además, el Gobierno debe ejecutar mejor el presupuesto", aseguró Artola.

Tanto el Banco Central como los organismos multilaterales anticipan un crecimiento modesto para este año. El BCE estima un aumento del 1 % del PIB, mientras que los multilaterales adoptan un tono más pesimista. El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta un crecimiento de 0,1 % y el Banco Mundial de 0,3 %.

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