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Durán: La ‘agonía’ de los líderes barriales
Algunos dirigentes prefieren no figurar en eventos. Otros, defienden su labor y aseguran que las actividades no generan confrontación con delincuentes
“Disculpe, pero no puedo hablar, ya me tienen amenazada, entiéndame, por favor”. Esa fue la respuesta de una líder comunitaria del sector de Los Helechos, una de las zonas más ‘calientes’ de Durán, cantón dominado por grupos de delincuencia organizada, cuando EXTRA la contactó para consultarle sobre la seguridad en su vecindario.
Juan Marcos, residente de la Primavera 1, otro de los sectores que está bajo el asedio del crimen, sabe que en su barrio existe un comité de mejoras; sin embargo, en los últimos días le ha sido imposible comunicarse con su presidente, ya que no contesta mensajes ni llamadas.
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En esta localidad de la provincia del Guayas, que desde el 1 de enero de este año a la actualidad lleva más de 200 muertes violentas, la labor de los líderes comunitarios ha perdido fuerza ante los enfrentamientos entre bandas, extorsiones, asaltos, secuestros, venta y consumo de drogas. Algunos, por su seguridad, prefieren mantenerse en bajo perfil y no figurar en diversas actividades.
Enfoque diferente
Para tratar de mitigar la violencia y proteger a sus comunidades, los líderes barriales juegan un papel esencial, pues son estas personas las que se encargan de gestionar mejoras y son el nexo con la Policía Nacional, con la que coordinan acciones de seguridad, y son la voz de alerta ante cualquier incidente.
Pero tan profundo han penetrado las organizaciones delictivas en los barrios que los agentes advierten que antes de contactarse con algún dirigente, primero hay que enviarle un mensaje para identificarse, porque de lo contrario “no contestan por miedo a las amenazas”.
Roger Jiménez, quien preside el comité de la cooperativa 16 de Octubre, considera que no es necesario arriesgarse para aportar a la seguridad de su sector, especialmente en estos tiempos de violencia extrema.
“Hemos tomado un enfoque distinto para mantener la seguridad. Realizamos actividades disuasivas, no confrontativas. Un ciudadano no puede hacerle frente a la delincuencia, para eso está la fuerza pública e incluso esta tiene problemas para hacerlo. No creo que las actividades lúdicas y comunitarias sean mal vistas por los delincuentes. Me parece que estos se van en contra de las personas que les ponen cámaras, les ponen sirenas y no hace nada más”.
Jiménez explica que en su barrio organizan cine comunitario para los niños, talleres de pintura, de panadería, de soldadura y hasta simulacros de situaciones de emergencia, “son actividades que nos unen como ciudadela y nos ayudan a fomentar la paz.
Esto me ha permitido mantenerme sin el riesgo de que me amenacen. Me estoy manejando con esa estrategia porque no quiero poner en riesgo a los moradores, mi propio pellejo o el de mi familia”.
¿Bandas ‘protegen’ barrios?
Sin embargo, Jiménez también es consciente de que este tipo de actividades solo son posibles en sectores donde la delincuencia aún no ha logrado instaurarse.
“Si ve el mapa de riesgo de Durán, notará que más adelante (a unas cuadras de distancia, en el mismo sector) es una zona complicada. Allá vive una señora que es muy buena colaboradora porque ella vivía por aquí. Yo le dije: ‘¿qué te parece si te ayudo e intervenimos en ese sector?’ Pero no quiso por temor, porque por allá sí viven personas peligrosas”, cuenta.
Curiosamente, entre tantos focos de criminalidad que mantienen en rojo el mapa del cantón, hay ciertos sectores en los que las muertes violentas y las actividades ilícitas no han encendido las alarmas.
La tercera etapa de El Recreo es uno de estos y María Fernanda Zamora es una de sus líderes comunitarias.
Pese a afirmar que en esa zona no ocurren hechos violentos, de todas formas los vecinos y asociaciones han optado por instalar portones en las calles peatonales, para de esta forma mejorar la seguridad de las viviendas y residentes.
Pero, ¿por qué esta zona ha mantenido niveles de criminalidad por debajo de las demás etapas de El Recreo, donde sí son frecuentes los crímenes violentos?
“La verdad, ahí hay un poco de controversia. Repito lo que me dijeron por ahí, que supuestamente en nuestro sector hay un grupo, una banda que nos cuida, no sé si será cierto, no me consta, pero efectivamente nosotros aquí no tenemos muertos, no hay ese nivel de delincuencia, de atracos, las ‘vacunas’, no hay eso”.
Los vecinos aseguran que estas bandas ‘cuidan’ al barrio porque sus integrantes viven en la misma zona, que obviamente no quieren que el lugar donde residen se vuelva peligroso y por eso mantienen alejados a los hampones y realizan sus actividades ilícitas en otros sectores.
Piden mayor presencia policial
Los moradores de los sectores periféricos de Durán son los más afectados por el nivel de inseguridad, pues además de sufrir del abandono de las autoridades y de carecer incluso de servicios básicos como agua y alcantarillado, ahora también tienen que lidiar con las bandas.
Milton Vargas, presidente del Comité Promejoras de la ciudadela Ismael Pérez Castro, confirmó que a diario se escuchan balaceras, hay casos de extorsiones, asaltos en motos y problemas en los parques por las bandas que se disputan los territorios para el consumo y expendio de drogas.
“Lamentablemente, no se hacen patrullajes, tenemos una Unidad de Policía Comunitaria, pero la cerraron el año pasado cuando hubo atentados y hasta ahora sigue abandonada. Queremos pedirle al coronel (Jorge Hadathy, jefe del Distrito Durán) que se reúna con nosotros para arreglar la UPC, para que vuelva a funcionar y vuelvan los patrullajes que hacen tanta falta”.
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