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¿Cuánto durará el cónclave del papa Francisco? En una ocasión demoró 1.003 días
Más de 60.000 personas han pasado ante el Altar de la Confesión, para despedir a Francisco en el segundo día de exposición de su féretro
Mientras el cuerpo del papa Francisco (fallecido este lunes) reposa en la Basílica de San Pedro, unas 61.000 personas habían acudido hasta el mediodía de este 24 de abril de 2025 para rendirle homenaje, en el segundo día de la exposición del féretro.
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Imágenes transmitidas en vivo por el canal Noticias del Vaticano muestran un constante flujo de fieles conmovidos, lágrimas entre los asistentes y figuras públicas, como el futbolista argentino Paulo Dybala, quien acudió a despedirse del primer Papa latinoamericano.
El cónclave por el papa Francisco será entre el 5 y 10 de mayo
Mientras tanto, el Vaticano se alista para uno de los procesos más solemnes y enigmáticos de la Iglesia católica: la elección de un nuevo Papa. La Capilla Sixtina cerrará al público desde el lunes 28 de abril para los preparativos del cónclave, cuyo inicio se estima entre el 5 y el 10 de mayo, tras los nueve días oficiales de luto.
El funeral del papa Francisco está previsto para este sábado, y se espera una amplia presencia de líderes mundiales, fieles y representantes de otras religiones, tal como ocurrió con sus antecesores.
Cabe destacar que la duración del cónclave es incierta. Aunque algunos han durado solo días, como el que eligió al propio Francisco en 2013, otros han sido extensos y complejos.

El más prolongado en la historia tuvo lugar entre 1268 y 1271, cuando la elección del sucesor del papa Clemente IV se extendió por 1.006 días, con episodios tan extremos como el racionamiento de alimentos y el fallecimiento de tres cardenales durante el encierro.
¿Por qué el cónclave por el papa Clemente IV fue el más extenso?
Viterbo, Italia, 1268. El papado llevaba vacante más de un año tras la muerte de Clemente IV. Los cardenales, encerrados en el Palacio Papal de Viterbo, no lograban alcanzar un consenso sobre su sucesor. La ciudad, impaciente y cada vez más caótica, presionaba por una resolución.
Las facciones dentro del Colegio Cardenalicio estaban profundamente divididas. Los intereses políticos, las rivalidades personales y las diferentes visiones sobre el futuro de la Iglesia mantenían a los electores en un punto muerto. Meses se convirtieron en años sin humo blanco saliendo del palacio.

Hartos de la prolongada incertidumbre, los ciudadanos de Viterbo tomaron medidas drásticas. Primero, sellaron las puertas del palacio, virtualmente encarcelando a los cardenales hasta que llegaran a una decisión. Pero la situación se tornó aún más extrema: decidieron ¡quitar el techo del palacio! La idea era simple, aunque brutal: exponer a los cardenales a los elementos hasta que el Espíritu Santo (o la incomodidad) los inspirara a elegir un nuevo líder.
La elección final. Después de la increíble cifra de 1006 días (casi tres años), finalmente, en 1271, los cardenales eligieron a Teobaldo Visconti, quien se encontraba en Tierra Santa durante el cónclave. Al enterarse de su elección, regresó a Italia y tomó el nombre de Gregorio X.
Este cónclave extraordinariamente largo no solo es una anécdota curiosa, sino que también dejó una marca en la historia de la Iglesia. Las dificultades y el caos de esta elección llevaron a la implementación de reglas más estrictas para los futuros cónclaves, buscando evitar la repetición de un estancamiento tan prolongado y las posibles interferencias externas. Estas regulaciones han evolucionado con el tiempo, pero el espíritu de asegurar una elección papal eficiente y libre de influencias indebidas tiene sus raíces, en parte, en la dramática historia del cónclave de Viterbo.
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