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Los padres de Cristabel Montalván junto a otros familiares de la menor se mantienen en la búsqueda de la chica.Miguel Párraga / EXTRA

Dos llamadas son la única noticia de Cristabel Montalván, joven desaparecida en Guayaquil

La chica, de 16 años, no volvió a su casa, en Durán, desde el 15 de febrero de 2023. Fue vista por última vez en su colegio, en Guayaquil

Como toda madre, Catiuska Raquel Yoza Chóez tiene un presentimiento sobre su hija. Siente que no le ha ocurrido nada malo. Sin embargo, su dolor es no saber dónde está la chica, de 16 años. Apenas un “mamá, estoy bien”, a través de dos llamadas telefónicas, es lo único que la joven le ha dicho. Su ausencia de casi dos meses mantiene en un sufrimiento agotador a toda su familia.

El capítulo de dolor para los parientes de Cristabel Marlit Montalván Yoza empezó el 15 de febrero de 2023. Ese día, a las 12:15, la muchacha salió de su casa, en el cantón Durán, hacia el colegio en donde estudia, en el centro de Guayaquil. Desde fecha, no volvieron a verla.

Se dirigió al plantel educativo acompañada de su ñaño, quien culminó el segundo año de bachillerato en esa institución. Ambos llegaron hasta la puerta del establecimiento. Él recuerda que ella venía detrás. Por eso pensó que su hermana estuvo normalmente en clases, pero no fue así.

“A las 14:00 me llamó desde un teléfono. Me dijo que estaba donde una amiga, que estaba bien y que no iba a volver a la casa, no quería estar ahí”, cuenta la apenada madre, intentando hablar mientras su voz se quiebra por el llanto.

La progenitora no entiende la razón por la que su hija tomó esa decisión, pues nunca le explicó el motivo por el cual quiso alejarse del hogar. Otra cosa que la inquieta es no conocer a esa amiga de la que habló Cristabel.

“Ella me dijo que no era ninguna muchacha del colegio, sino de la calle. Pero yo le dije que cómo así, si yo no sabía que tuviera amigas fuera del plantel. Ella solo iba de la casa al colegio”, comenta Yoza.

Ni bien terminó de hablar con su niña, fue a la unidad educativa para tratar de averiguar qué pasó con la adolescente. Conversó con amigas de Cristabel. Una de ellas le comentó algo muy inquietante. “Mi hija le dijo que si no la veían de nuevo es porque ya no iba a ir más”, refiere.

CALMA SOSPECHOSA

De acuerdo con datos de la plataforma gubernamental de personas desaparecidas (www.desaparecidosecuador.gob.ec), entre enero y febrero de 2023, 1.202 ciudadanos fueron reportados como perdidos en Ecuador. Y un dato alarmante es que más de la mitad de casos son de menores de edad.

Lidia Rueda, presidenta de la Asociación de Familiares y Amigos de Personas Desaparecidas en Ecuador (Asfadec), indica que, en los casos de adolescentes, las llamadas de los jóvenes a sus familias para asegurarles que están bien, podrían ser una señal de alerta y no algo bueno.

“Muchas veces, los chicos son inducidos por las personas que los tienen retenidos, para que digan que se encuentran bien y dar algo de calma a sus familias, a fin de que frenen la búsqueda”, explica.

Por eso, recalca que es indispensable la colaboración de agentes policiales y de la Fiscalía, para que estos casos denunciados se investiguen con más rigor cuando se dan estas llamadas.

1.016 personas ya fueron localizadas, de las cuales 882 desaparecieron voluntariamente.

Cristabel mantuvo una segunda comunicación tranquilizadora. A los quince días de su desaparición volvió a contactar a sus parientes a través de Facebook. Primero habló brevemente con su hermano. Luego le pidió que le pase a su madre y, al conversar con ella, prácticamente le dijo lo mismo que la primera vez: que está bien y se encuentra con una amiga, pero sin revelar en qué lugar permanece.

Yo quisiera al menos saber en dónde está, poder ir a verla, abrazarla”, menciona la angustiada Catiusca, quien no ha parado de buscar a la cuarta de sus seis hijos. Allegados se le han unido en la tarea de localizarla. Recorren zonas de Guayaquil y Durán.

Adicionalmente, en las redes sociales compartieron anuncios con los datos de la menor, su fotografía y números a los cuales la gente se puede comunicar en caso de tener información respecto al paradero de la chica.

Por ahora, mientras no haya novedad respecto a dónde podría estar, la progenitora se aferra a los retratos que tiene de su hija. Los mira con ternura y nostalgia. También contempla y acaricia el uniforme colegial de falda azul y camiseta blanca que conserva de ella.

Mientras tanto, esta madre debe sacar fuerzas no solo para continuar con la búsqueda, sino para cuidar a sus dos hijos más pequeños, quienes corren jugando por la vivienda, sin comprender totalmente la tragedia familiar.

CAUSAS DETRÁS

Kléber Carrión, policía en servicio pasivo y fundador de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), de la Policía Nacional, detalla que las desapariciones pueden ser forzadas y voluntarias.

Guayas es la provincia con más porcentaje de personas desaparecidas, con un 30%

La primera categoría suele estar relacionada a la trata de personas para fines como la venta de órganos, o prostitución. Lidia Rueda acota que también los menores suelen ser raptados para luego explotarlos laboralmente.

Las desapariciones voluntarias, según Carrión, podrían suceder por el deseo de emigrar para buscar un mejor futuro, y ahí los jóvenes son captados en las fronteras por personas que se aprovechan de la situación. Pero también podría ocurrir que los chicos que buscan irse de casa sean atraídos por organizaciones delictivas.

El especialista argumenta que además hay menores que se alejan de sus hogares porque existe un rompimiento familiar, que provoca que quieran escapar.

En la plataforma gubernamental de personas desaparecidas se enumeran cinco causas principales para estos ausentamientos voluntarios: problemas familiares, sociales, académicos, económicos y psicológicos.

La madre de la menor contempla con nostalgia el uniforme de su hija.Miguel Párraga / EXTRA

Carrión y Rueda coinciden en que el rol de los padres de familia es fundamental para la prevención de las desapariciones voluntarias. Es vital que los progenitores conozcan cuál es el círculo de personas con las que interactúan sus hijos fuera de casa. Asimismo, es importante que estén pendientes de sus emociones, de qué les afecta.

Adicionalmente, Rueda manifiesta que el Estado también tiene una tarea, que es la de capacitar a los servidores policiales y del sistema judicial que se encargan de atender estos casos. No todos están preparados, ni tienen la empatía necesaria para ayudar, recalca.

Catiusca dice que después de haber puesto la denuncia por la desaparición de su hija fue atendida por policías, que no han podido recabar mayores pistas de dónde puede estar. Por eso, la mujer y los suyos buscan por su cuenta, con una esperanza que mantienen hasta ahora, pero que es acechada por la desesperación.