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Segundo y Narciso atienden a sus clientes en el puesto 44 del Mercado Oeste, en el suroeste de la urbe porteña.JOFFRE FLORES

Don Segundo es el 'duro' de los mariscos en el mercado Oeste

Su negocio de mariscos tiene más de 64 años operando en el mismo lugar. Primero fue comerciante informal

Si lo que quiere es darse una ‘vueltita’ (aunque sea imaginaria) por la playa, debe visitar a don Segundo Torres en el Mercado Oeste, ubicado en Babahoyo y 10 de Agosto, en el suroeste de Guayaquil.

Sus conchas, ostiones y cangrejos son ideales para los platillos de mar que en cualquier mesa podrían servirse. ¡Él afirma que su calidad da hasta para exportarlos!

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Desde hace 64 años don Segundo, o Todos Vuelven, como le llaman sus clientes a este hombre de 84 años, ha conquistado paladares. Sin embargo, no siempre ha estado en el puesto 44.

“Primero me ubicaba en la parte exterior del mercado. Aprendí de otra persona que ya tenía el negocio y lo continué yo. Ahora todos vienen a mi lugar en el interior del mercado porque siempre se los trata con amabilidad”, explica don Segundo.

La ‘amabilidad’ de la que habla es su “cortesía”. “Aquí se les ofrece maní tostado cuando llegan a comprar. Si no lo quieren comer solo, se les puede preparar con las conchas, si es que así el cliente lo pide”, comenta.

Atiende desde las 07:00 en el puesto 44

El producto ‘duro’ de Segundo son las conchas, que se expenden desde 25 (las necesarias para satisfacer a una persona con un ceviche) o hasta 500, que dan de comer a un grupo grande.

“Siempre se ha vendido en porciones. Cuando nos ubicábamos fuera, se vendían como el marisco del pobre (ríe). En cambio ahora todos comen y es buscada en todas partes”, expresa.

Asegura que para sacar el alimento del caparazón se debe poseer gran agilidad y destreza con las manos. En el caso de Segundo y su ayudante, Narciso, extraen más de 50 en un solo minuto.

Las herramientas necesarias son solo una guillotina, para ‘partir’ el molusco, y una cuchara ligeramente modificada (debe tener filo).

El primer paso es golpear la concha. “Esto se hace para saber si está viva. No se puede consumir si está muerta. Luego, se parte en la guillotina y se procede a sacar la ‘carne’”.

Segundo tiene 64 años vendiendo mariscos.Joffre Flores

Segundo advierte que en el último paso se debe tener cuidado porque se parten “dos callosidades”. “No podemos entregarlas partidas, sino completas”, aclara.

En todo esto resalta la habilidad de Segundo y Narciso para extraer las conchas. “Aquí estamos operativos desde las 07:00 hasta las 14:30, pero la jornada empieza a las 05:30 yendo a comprar los productos al Mercado de la Caraguay”, finaliza. 

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