En Guayaquil se 'armó' la fiesta del escarabajo... y no de los voladores. En la noche del jueves 22 de junio, por el día mundial del Beetle de Volkswagen, el club The Beetle Clan organizó una rodada para celebrar entre 'panas' y ruedas por las calles de la Perla.

Xavier Rivadeneira, del club, comenta que este día no fue elegido al azar sino que es en honor a la fecha en la que fue pactada la construcción de estos vehículos entre Ferdinand Porsche y Adolf Hitler. "Esto fue el 22 de junio de 1934", dice orgulloso.

Esta "rodada", como la llaman los participantes, convocó a todos los propietarios de vehículos de Volkswagen y no solo de 'escarabajos'. La ruta inició en el parqueadero de un centro comercial de la avenida Carlos Julio Arosemena, en el norte de la urbe, y culminó en la avenida Malecón, en el centro.

Más de 30 automotores, entre modelos de Kombi y Beetle, llegaron al sitio de encuentro y partieron hacia su recorrido. Este pasó por la avenida Víctor Emilio Estrada, en Urdesa, que fue una de las rutas. La otra, cubierta por otro grupo de carros, atravesó por la avenida Carlos Julio Arosemena en sentido norte - centro.

Sin embargo, asistentes como Mónica Solano afirman que esto lo hacen porque sienten una conexión con su hijo de cuatro ruedas. "Yo viajo bastante y, cuando lo hago en la noche, le hablo y le digo 'por favor, no te me dañes'", comenta entre risas. Otros como Xavier dicen que lo hacen solo como una excusa para encontrarse con sus amigos que comparten el gusto por el vehículo de origen alemán. 

En medio del grupo de amantes al legendario Beetle se encontraban algunos modificados: tenían llantas con alzas o pintura hecha especialmente para ellos. No obstante, lo que más llamaba la atención era que uno de los que rodaban, Max Galarza, celebraba su cumpleaños, al igual que su escarabajo de color plata.

"Su primera palabra fue 'vocho'", le bromeó uno de sus amigos al festejarle con un grito su honomástico. "Me emociona esto porque cuando llegué al club no tenía carro, pero hace dos años pude tener el mío".

Max relata que buscó algunos, pero su 'engreído' fue elegido debido a ciertas características especiales como el año de fabricación (1975) o el tamaño de las ventañas. "Yo lo compré solo como para ponerle gasolina y rodar", dice.

La 'fiesta' de los Volkswagen, por su parte, no acaba allí sino que continúa en un festival organizado para el domingo 25 de junio en un complejo en la vía a la Costa.