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Devoción ante la adversidad: El Baño de la Cruz en Ballenita desafía al sol y al mar agitado
A pesar del calor y las dificultades del mar, los fieles cumplieron con la tradición centenaria
El intenso sol, ni el aguaje, fue obstáculo para que la tarde de este 26 de marzo, los feligreses católicos cumplan con el rito del ´Baño de la Cruz´ que desde 1971 se desarrolla todos los Martes Santo.
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Esta vez la procesión de fe que partió desde la catedral de Santa Elena hacia el balneario de Ballenita se cumplió en menos tiempo, el recorrido que habitualmente duraba más de tres horas, esta vez solo fueron dos. El objetivo fue que lo feligreses no permanezcan tanto tiempo expuestos al sol.
Cuando los creyentes llegaron al mar, el fuerte oleaje complicó que el madero sea sumergido con normalidad, las grandes olas hicieron que algunas de las personas que sostenían la cruz caigan al agua. También resbalaron otros devotos que intentaban santiguarse junto a la cruz.
“Parece que Dios está molesto por toda la violencia criminal que está ocurriendo en la provincia, Santa Elena antes era una provincia de mucha fe y paz. Ahora hemos perdido la tranquilidad, hoy las oraciones han sido para que se termine la maldad”, dijo el devoto Luis del Pezo.
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La tradición del Baño de la Cruz en Ballenita empezó desde el martes 6 de abril de 1971 y fue el ciudadano salvadoreño, José Napoleón Nativí Ventura, quien promovió el evento litúrgico que también lo realizaba en el país centroamericano.
Nativí Ventura, llegó a laborar a Ecuador en 1955 como catedrático universitario, se radicó en Guayaquil y en sus vacaciones acudía a los balnearios de la península, en esta zona costera hizo varios amigos.
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En 1971 llegó a la ciudad de Santa Elena a dictar cursos gratuitos en época de Semana Santa, fue entonces que para emular una de las celebraciones que también se realiza en El Salvador, pidió la autorización a la Vicaría Episcopal y junto a los pescadores de Ballenita efectuó el acto de fe que se convirtió en una tradición.
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