Son más de veinte seres queridos que Laura Alvarado ha perdido por el COVID-19. La mayoría está sepultada en el cementerio de Pascuales, norte de Guayaquil. Ella habita frente al camposanto, específicamente en la puerta por donde ingresaron los contenedores de cadáveres durante la pandemia.

Pese a que está a pocos pasos de las sepulturas, Laura no ha visitado a sus familiares y amigos fallecidos. Tampoco lo hará durante el feriado de noviembre.

Los extraña, pero prefiere guardar los gratos recuerdos antes que correr el riesgo de contagiarse de coronavirus, producto de la aglomeración.

“La suspensión de las visitas a los cementerios en el feriado es una decisión acertada. Todos los años este sitio permanece saturado”, comentó Laura, mientras ayuda en las tareas escolares a sus cuatro sobrinas, sin dejar de observar a los pocos deudos que ingresaban al camposanto.

Rosa Saltos fue una de las visitantes. En el sitio están sepultados su madre, hermanos y un primo. Ella prefirió anticiparse tras conocer la disposición del cierre de los cementerios durante el asueto.

“Es imposible ocultar una realidad. Es más, creo que debe prohibirse la visita a las playas. Obligar al confinamiento”, opinó Rosa.

Mientras la mañana de ayer, cientos de deudos acudieron al cementerio general, entre ellos catorce miembros de la familia Manzano Ronquillo.

“Vinimos a visitar a mis padres, abuelos y primos. No es necesario acordarnos de ellos en un feriado, peor en situaciones difíciles ocasionadas por el coronavirus”, expresó Katya Manzano.

Incertidumbre

Quienes están preocupados con el cierre provisional de los camposantos son los vendedores de flores.

“Si nos avisaban al menos con dos semanas de anticipación no me hubiera endeudado”, manifestó el comerciante Gonzalo Vicuña.

Por su parte, Augusto Menéndez expresó su preocupación porque estaba ‘varado’ el lote de rosas y flores que trajo desde Cayambe, Pichincha.

“Nueve horas de viaje con pérdida. La única opción es rematar el producto”, señaló.

Terminales disponibles

La Fundación Terminal Terrestre de Guayaquil indicó que por el momento está autorizado el ingreso de los buses de las 88 cooperativas. Están pendiente las dos que tienen como destino Perú.

La vocera Sindy Espinoza informó que está permitido un aforo del 75 % de pasajeros en cada vehículo.

Por las medidas para contrarrestar al COVID-19, la funcionaria prevé que habrá menos presencia de usuarios en este feriado, que el año pasado registró aproximadamente 239.000 usuarios.