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Familiares del fallecido reclaman al personal del Hospital IESSSur y a los trabajadores de la funeraria por la equivocación.Angelo chamba

¡Una despedida agónica para la familia Punguil, en Quito!

Los hijos de Juan velaron los restos de su padre sin el miedo de que fueran de otra persona

Los hermanos Punguil por lo menos pudieron llorar ante las cenizas del cadáver correcto –las de su padre– en una misa de despedida que fue transmitida en vivo por Facebook. 

El cuerpo de Juan Punguil fue cremado por equivocación. La funeraria confundió sus restos con los de otro hombre. El caso reventó el martes pasado cuando los familiares se enteraron de la confusión en el Hospital IESS Sur.

Los hijos de Juan no tenían pensado quemar su cadáver. Pero no hay vuelta atrás. Ahora al menos tienen la certeza de que lo despidieron a él y no a otra persona.

Los directivos de la casa de salud le pidieron a Geovanny, uno de sus hijos, que realice una cronología de los hechos desde que se enteró de que su papá falleció por COVID-19 hasta el momento en que le comentaron que lo cremaron.

5 días permaneció Juan Punguil en el hospital antes de fallecer por el coronavirus.

El objetivo de los funcionarios era determinar responsabilidades, pero el joven prefirió obviar este procedimiento para respetar la memoria de su papá. “A él no le gustaban estas situaciones. Si estuviera vivo, me hubiese dicho que dejemos las cosas como están”.

Además, Geovanny sintió que se subsanó el problema cuando la funeraria que cometió el error les ofreció que cubriría todos los gastos de los servicios fúnebres. Es así que la tarde del pasado miércoles, las cenizas de Juan fueron veladas en una capilla de la empresa, en el norte de Quito.

Al evento solo asistieron sus tres hijos: Geovanny, Paola y Efraín, quienes hicieron una transmisión en vivo por redes sociales para que sus otros parientes pudieran ver la misa. Al final, los representantes de la funeraria les entregaron un espacio permanente donde podrán guardar hasta dos cofres de madera.

Los restos de Juan fueron velados ante la presencia de sus tres hijos.Angelo Chamba

Ahora, los restos de su padre reposan en la sala de su domicilio, en San Diego, centro de la ciudad. El hombre, de 28 años, espera que su madre se recupere de la enfermedad para que se pueda despedir de su esposo. Ella todavía permanece en el Hospital IESS Sur en condiciones estables.

Los tres hijos no saben cómo contarle a su madre lo que aconteció. Por el momento oran todos los días para que salga sana y salva.

Juan Punguil trabajaba como constructor. Sus hijos comentaron que era un hombre saludable. 

Protocolos y dudas

Luego del alboroto que se armó afuera de la casa de salud, los directivos quedaron en pactar una reunión con la funeraria que se confundió de cadáver para determinar culpabilidades. Sin embargo, Santiago Echeverría, subdirector de Gestión Hospitalaria de la casa de salud, señaló que esperan una respuesta por parte de la empresa.

Además, iniciaron los procesos administrativos en el centro para saber si hubo un descuido por parte de algún funcionario en el traslado y etiquetado de los cadáveres.

Eso sí, el día de la confusión el subdirector reconoció ante los familiares que en ocasiones los trabajadores suelen escribir el nombre de los pacientes con “letra patoja”.

El trabajador de la funeraria, quien prefirió no identificarse, confirmó el hecho y dijo que ese día las etiquetas estaban escritas con marcador y no estaban tan legibles. Ambos cadáveres tenían el nombre de Juan y quizás por eso se habría dado la confusión, dijo.

El drama de los Punguil todavía no culmina porque esperan que su madre y otro familiar, que está en cuidados intensivos, salgan victoriosos de la lucha contra la COVID-19. De toda la familia, se contagiaron cerca de 10 personas. Otros presentan síntomas respiratorios.

Efraín y Geovanny caminan juntos hasta el hospital para conocer cómo está la situación de su madre y de su cuñado, quienes luchan contra el COVID-19.Angelo chamba