“Si Angie me hubiese escuchado y hecho caso hoy estuviera aquí. Le dije: ‘hija, no salgas, quédate en casa’. Ahora la espero, pero en un féretro”, dijo llorando Rubén Moreira, mientras apoyado a un árbol, afuera del Laboratorio de Criminalística de Guayaquil, aguardaba por el cadáver de la segunda de sus tres hijos.

Su hija Angie Elisa Moreira Banchón, de 22 años, fue una de las siete víctimas mortales de la matanza ocurrida la noche del domingo en los exteriores de una vivienda de la manzana 63, de la cooperativa Alameda, en Las Malvinas, sur de Guayaquil.

Los otros seis asesinados son: Miguel Alberto Mejía Segovia, de 35 años; Alexis Elvis Lavayen Segovia (40), Bryan Gabriel Rodríguez Lavayen (25), Justin David Rodríguez Lavayen (23), Emily Kassandra Márquez Vega (29) y un adolescente de 15 años.

La masacre fue perpetrada por dos individuos, quienes armados con pistola y un fusil descendieron de dos vehículos, uno negro y otro rojo, para disparar en contra de nueve personas, de las cuales dos quedaron heridas.

Una hora antes de este suceso, Angie Moreira, quien era madre de una niña de un año y siete meses, había salido de su hogar ubicado en las calles Leonidas Plaza y Diez de Agosto (suroeste).

Con tristeza su padre recordó que cuando la fueron a buscar, él se le acercó y le suplicó que no saliera porque tenía un mal presentimiento. “Sentía que algo malo iba a pasar. La chica con la que se fue es la otra joven muerta (Emily). Llegó en un carro con otra persona. Eran como a las 21:30. Le dije ‘quédate cuidando a tu hija’. Me contestó ‘papá, tranquilo’. Luego se acercó a su madre y la convenció para que la dejara ir y le cuidara a la bebé”.

Con la voz entrecortada y sus mejillas empapadas de lágrimas Alexandra Banchón, madre de Angie, mencionó que Emily habitaba a una cuadra de su domicilio y ella le insistió a su hija para que no saliera.

“Angie me juró que iba a regresar. ‘Mami son solo dos horas. Te juro por mi hija que en dos horas regreso’. A las 22:30 un vecino nos avisó que la habían matado, tuve que ir a ver su cadáver, estaba tirado en el piso. Su padre me dijo que no la dejara ir”, contó la madre de la muchacha.

Familiares de los otros occisos, quienes también llegaron al instituto forense para retirar los cuerpos de sus seres queridos, evitaron dar declaraciones. Sin embargo, uno de ellos reveló que los cinco hombres asesinados eran parientes. “Dos eran hermanos y los otros primos. Hicieron un asado, estuvieron bebiendo desde la tarde. Las chicas llegaron después”, dijo el allegado.

Se mudaron recién

El coronel Fausto Miño Valencia, comandante del distrito Los Esteros, informó que tres de los cinco fallecidos tienen antecedentes penales, dos de ellos por tráfico ilícito de droga y uno por asociación ilícita y robo. “Todavía no podemos decir a qué banda pertenecían los criminales. Pero por el tipo de arma que utilizaron se trata de una organización narcodelictiva fuerte. Utilizaron dos tipos de armas, largas y también cortas. Los dueños del domicilio tenían pocos meses residiendo en esa casa”, mencionó el jefe policial.

Explicó que minutos antes de la balacera, policías que realizaron un patrullaje preventivo tuvieron inconvenientes con los fallecidos por sus conducta escandalosa, el alto volumen de la música y la utilización de la vía pública con una piscina. “Antes del crimen les advertimos, ingresaron al domicilio, pero volvieron a salir”, sostuvo.

Miño indicó que tras el suceso varias personas abandonaron la casa donde en su exterior se registró la balacera y que en poder de una niña, de 4 años, se hallaron 4.000 dólares.

También aseguró que familiares de los fallecidos no quisieron dar información a la Policía, pero que entre ellos comentaban “esto podía pasar en cualquier momento”. “Incluso una señora llegó llorando y le decía a su hija que estaba muerta ‘tú sabías lo que iba a pasar’. No podemos decir si todos eran el objetivo, porque todos participaron de las bebidas alcohólicas”, comentó el comandante de Los Esteros.

De acuerdo a información policial, en el vehículo donde los occisos colocaron un parlante para escuchar música se hallaron 8.000 dólares.

Este Diario también conoció que Miguel Alberto, alias de Pericho, quien registraba antecedentes por asociación ilícita (2016) y tráfico de sustancias (2018), tenía 5 meses habitando en esa casa y con frecuencia realizaba reuniones con trago, comida y mujeres.