El 21 de octubre de 2024, en la plataforma del aeropuerto Mariscal Sucre de Quito, agentes antidrogas de la Policía Nacional encontraron una carreta con seis grandes cajas de cartón ubicadas en la parte trasera de un avión con destino a Catar.

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Tras realizar una inspección visual, manual e intrusiva, y con la ayuda del can 'Porto', se descubrieron 384 paquetes tipo ladrillo con una sustancia blanquecina oculta bajo las cajas de flores. Las pruebas preliminares confirmaron que se trataba de clorhidrato de cocaína, con un peso total de 385 kilos y 252 gramos, según detalló la Policía.

Luego de este hallazgo, los agentes contactaron a los responsables de la seguridad del vuelo y al supervisor del personal de la aeronave. Además, revisaron las cámaras de seguridad y observaron el movimiento de la carreta desde el área de carga, identificando a los posibles responsables.

Según la información de la Policía, se coordinó con la Fiscalía, lo que resultó en la detención de un hombre que se desplazaba en un automóvil negro y que también estaría involucrado en la operación.

En total, la operación Júpiter culminó con la aprehensión de nueve ciudadanos ecuatorianos, a quienes se les incautaron nueve celulares de diversas marcas.

La Policía señaló que con este decomiso se evita que cerca de 4.000.000 de dosis de cocaína, valoradas en 17.179.000 dólares, lleguen al extranjero.

El 16 de octubre de 2024, la Policía llevó a cabo otra operación antinarcóticos, incautando 17.002 gramos de cocaína en encomiendas, equivalentes a más de 170.000 dosis. Este decomiso se logró gracias a varias inspecciones con el apoyo de perros especializados en detección de drogas.

La sustancia tenía como destino España e India, y estaba escondida en balones de fútbol empaquetados en cajas de cartón para su envío. La institución estima que esta operación causó una afectación económica de 680.080 dólares al crimen organizado.