Takahiro Shiraishi, conocido como el "asesino de Twitter" o el "descuartizador de las redes sociales", fue condenado a muerte este martes en Tokio, Japón. Se trata de un asesino en serie confeso, quien se declaró culpable de matar a nueve personas en 2017.

Shiraishi, de 30 años, fue condenado por asesinar, violar, desmembrar y almacenar los cuerpos de las nueve víctimas en su departamento en Zama, prefectura de Kanagawa, en las afueras de Tokio, dijo el tribunal que lo condenó.

Shiraishi fue arrestado en octubre de 2017 después de que la policía de Tokio registrara su casa en el marco de la investigación de la desaparición de una mujer de 23 años que había publicado notas suicidas en las redes sociales, incluido Twitter.

El juez que instruyó la causa, Naokuni Yano, dictaminó que ninguna de las víctimas dio su consentimiento y que Shiraishi es mentalmente capaz para asumir su responsabilidad, de acuerdo a los resultados de cinco meses de pruebas psiquiátricas a las que fue sometido.

Las víctimas, ocho mujeres y un varón de entre 15 y 26 años, fueron asesinadas entre agosto y octubre de 2017.

En tanto, los agentes policiales alistan la inspección frente a un apartamento en Zama, prefectura de Kanagawa, el 2 de noviembre de 2017, donde la policía encontró nueve cadáveres desmembrados.

En el lugar se hallaron tres neveras portátiles y cinco contenedores  con contenían cabezas humanas y huesos con carne molida, según TV Asahi, citando fuentes policiales.

Un punto en común entre todas las víctimas es que habían publicado en las redes sociales que querían suicidarse y, posteriormente, Shiraishi se puso en contacto con ellas a través de las mismas plataformas.

La defensa del "asesino de Twitter" había pedido que se evitara la pena de muerte. Su argumento se basaba en que Takahiro Shiraishi sólo era culpable de homicidio con consentimiento, porque tenía la aprobación tácita de las víctimas en los mensajes que habían intercambiado con anterioridad.

El testimonio de Shiraishi, en el que señaló que los fallecidos se resistieron al estrangulamiento, contribuyó a desmontar su defensa. También el hecho de que les robara dinero y agrediera sexualmente a las víctimas mujeres, según detalles recogidos por la cadena pública NHK y la agencia de noticias Kyodo.

El juez calificó los crímenes como extremadamente graves e irrespetuosos hacia la dignidad de los fallecidos, y señaló que el caso ha generado preocupación por el papel de las redes sociales.

En Japón, la pena de muerte se ejecuta en la horca, y las fechas de ejecución no se hacen públicas hasta que se ejecuta la pena. Takahiro Shiraishi ya está en el corredor de la muerte.