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La mañana de ayer, los policías de la zona tuvieron un acercamiento con los moradores de Tambillo para hablar de la seguridad.GUSTAVO GUAMAN

¡Están desamparados en Yaruquí!

El crimen de un hombre en la parroquia incrementó el miedo. Los vecinos se cansaron de la inseguridad y salieron a las calles para hacer un plantón.

Asesinatos, apuñalados, intentos de secuestro... son el ‘pan de cada día’ en Yaruquí, al suroriente de Quito. Y la gente está cansada de eso.

La gota que derramó el vaso fue el crimen ocurrido la semana pasada, cuando Carlitos Carrera, un cocinero quien era muy querido en la parroquia rural, fue asesinado con un tiro en el rostro mientras ingresaba a su domicilio.

Hay presupuestos que son destinados para la seguridad pero no son considerados”.
Gabriela Núñez. Moradora de Yaruquí

Por eso, cerca de dos mil habitantes se reunieron en el parque de Yaruquí las noches del martes y de ayer para exigir más seguridad. Algunos llevaban velas encendidas para recordar a su vecino. Otros golpeaban cucharones contra las ollas para que el pedido se escuchara en todos los rincones de esta localidad.

En este puente, según los vecinos, los delincuentes hacían guarida.GUSTAVO GUAMAN

La parroquia tiene 26.000 habitantes, quienes viven en 24 barrios y tres comunas. La seguridad de este territorio está controlada por tres policías. Un oficial y dos de tropa, los mismos que turnan cada 8 horas.

Este es el principal inconveniente, según Ramiro Andrade, morador del barrio Tambillo. Él comentó que la comunidad se siente desamparada porque no tienen el personal policial suficiente para controlar los delitos. Añadió que él mismo ha tenido que ponerse en el papel de un uniformado para ayudar a las víctimas de robo.

“La otra vez salí con un palo para ayudar a una mujer a quien la querían secuestrar”. Según su relato, cuando escuchó los gritos de la víctima salió y vio a dos individuos encima de ella golpeándola. Andrade pidió auxilio y se acercó amenazante a los agresores. Ellos corrieron hacia una camioneta y huyeron.

Los habitantes de Yaruquí exigieron también que haya un control migratorio en la localidad.Cortesía

Paola Aguilar sufrió un asalto cerca de un puente donde hace pocas semanas era un ‘nido’ de delincuentes. La joven contó que mientras caminaba por la zona un hombre la empujó contra la pared y le quitó el celular. En esa zona, según los moradores, se han registrado personas apuñaladas por no dejarse quitar sus cosas.

En vista de esta inseguridad, los habitantes se reunieron y limpiaron el lugar desalojando a las personas que hacían de ese espacio su guarida.

La inconformidad de los habitantes ha provocado algunos incidentes en años pasados cuando dos delincuentes fueron linchados por la comunidad y un patrullero de la Policía fue quemado.