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¡‘Cibercadena’ perpetua!

aparecer en un vídeo viralizado puede ser un peligro. Las secuelas son nefastas para los ‘protagonistas’ de escándalos en la web. Salir del ‘mal paso’ no siempre es posible.

Marzo de 2017. Portal de noticias Notimérica: “Lady Tantra, la esposa infiel que se ha convertido en un fenómeno viral”, reza el título más de un año después.

La nota redactada resume el vídeo de aquel momento: “una mujer fue sorprendida y filmada por su esposo cuando salía de un motel con su amante, en Quito”.

El fenómeno no para. Ayer fue el turno de un hombre a quien su esposa le descubrió fotos con la amante y las viralizó. En seguida empezaron las burlas. Le dicen Bigote de Brocha. ¡Internet es implacable! Sin tregua, sin derecho al
olvido.

La dinámica siempre es la misma: alguien impulsa el viral por celos, por envidia o por algún otro tipo de interés y la sociedad de la web empieza a actuar como un ‘zombi en las redes’, sin razonar. Replica, juzga y se entromete sin medir las secuelas que causa con su accionar.

“Todos en algún momento hemos sido parte de estas dinámicas de hostigamiento”, sentencia la perito forense uruguaya Silvana Giachero, que se ha dedicado más de una década a estudiar y luchar contra este problema social. Lady Tantra es solo una pequeñísima muestra.

En Ecuador no es distinto. Hay una lista de ‘condenados’. Por ejemplo, los exdrogadictos Malcriadito y Fusilero que protagonizaron un viral.

Igual, Danilo Palomino, un aficionado al ánime que habló incoherencias en redes y recibió cientos de burlas de gente que desconocía que tiene un nivel considerable de retraso mental.

Lo mismo que la exjueza Lorena Collantes, quien fue condenada al señalamiento de los internautas. Ella apareció ebria amenazando a un policía y esa fue su ‘condena’.

Un dato: en Ecuador hay más de tres millones de usuarios de la red.

Ellos, gusten o no, quedaron marcados para siempre por cuenta de un solo hecho. Y, tal vez, anhelan algún día ser olvidados. Y punto.

Un problema social

“La forma es la misma: te lincho, te violento y no estoy mal por eso, pero tú sí, por fallar, porque creo que fallaste. Eso es perversión por donde se mire”, dijo Giachero.

Quien sufre esto desarrolla trastornos del sueño, pesadillas, flashbacks (‘Salto al pasado’), cansancio, fallos de memoria a corto plazo, crisis de pánico, fobias y estados depresivos que pueden llevar, incluso, al suicidio.

Ecuador ha seguido la tendencia mundial de robo de datos en las redes sociales. Que es tomar fotos y vídeos de terceros sin importales el uso. Por eso, muchas personas son reducidas a memes. “Lo preocupante no es tanto lo que sucede durante la ebullición (viralización), sino el daño irreversible que se da”, observó la periodista y catedrática universitaria Alina Manrique.

Borrarse

Desde 2014, en Europa se estructuró lo que se conoce como ‘derecho al olvido’.

Si alguien se ve afectado por un tema que ataña a su imagen en redes tiene la potestad de hablar con un organismo de control estatal que solicitará a las empresas de internet involucradas borrar la información que aún está presente en buscadores.

Gracias a una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, los buscadores, como Google, tienen la obligación de eliminar de sus listas de resultados aquellos enlaces que violen ciertos derechos del ciudadano. Esto a pedido de la persona.

Cada una de estas peticiones debe valorarse de manera individual por parte de los responsables de los motores de búsqueda. Google cuenta con un comité de expertos que se encarga de dar asesoría al peticionario.

“No es que la gente deba controlar lo que dice, sino que es necesario que se norme este fenómeno y que sea posible que la gente pueda limpiar su nombre. La identidad digital es importante. No podemos dejar en manos de Google toda nuestra vida, debería haber un camino legal para acceder a ese derecho al olvido desde el Estado”, insiste Manrique.

Ecuador

La semana pasada se llevó a cabo en la Corte Provincial de Justicia de Guayaquil el seminario ‘La afectación del daño moral y sus consecuencias en las redes sociales’. Allí, el doctor en Jurisprudencia Johnny Ayluardo Salcedo ofreció una charla sobre los tratados internacionales que garantizan el derecho a la intimidad, a la honra y al buen nombre.

En su criterio, el tema del hostigamiento en redes es interesante porque el derecho al honor, a la intimidad personal y familiar se encuentra con el derecho a la libertad de expresión y opinión.

Ecuador legisla para garantizar que se cumplan esos derechos. Su Constitución y su Código Orgánico Integral Penal son un ejemplo. Pero cuando se habla de redes, siempre hay un ‘libertinaje’. “Y el Estado tiene la obligación de controlar este problema social”, resaltó el especialista en Jurisprudencia, René Astudillo.

Víctima

Condenado por internet: “¡Me arruinó la vida!”

El ciudadano español Bernardo Esteban Muncharaz es el ejemplo vivo de las secuelas que puede causar internet en un individuo. En 2008 se vio involucrado en un caso de narcotráfico por haber vendido una empresa a una banda, sin tener conocimiento de esto.

Luego de la noticia de que lo buscaba la Interpol empezó una lucha en tribunales que le valió, después de acuerdos, ocho meses de cárcel en Colombia y algo más de un año en Argentina. “No tenía nada que ver y mi nombre se replicaba en medios. Soy economista, empresario, trabajé en la banca... Pero por este proyecto que salió mal lo perdí todo”, lamenta vía telefónica, desde España.

“Esto me arruinó la vida. Me rompió para siempre y lo hará mientras no estés borrado totalmente. La reinserción real no existe en Internet. No puedes estar toda la vida condenado. Pero sí allí. Internet me dio cadena perpetua”.

Personalmente pidió a los diarios más importantes de Colombia que borren su nombre de las notas, demostrando que no tuvo nada que ver en el caso. Accedieron, pero aún hay algunos sitios webs que registran la noticia y su foto detenido. Una afrenta, cree él, una mancha que lo hace un condenado de la web.

La ley

Hay que apuntar a hacer campañas

No se puede eliminar el derecho de cada persona de expresarse, pero hay que modularlo. El que la gente tenga la libertad de crear cuentas falsas da pie a que existan campañas de desprestigio. Y otros, en cambio, muestran una actitud realmente de morbo, atentatoria a toda dignidad personal, social y familiar. El problema no está en la ley, sino en que las herramientas tecnológicas superan los límites de nuestra jurisdicción. Hacia donde debemos apuntar es a hacer una campaña permanente que cree conciencia en las personas.

La mente

Es igual de dañino que el abuso sexual

La persona que ha sido víctima de las redes sociales queda vulnerada y desprotegida. Un tipo de ataque en donde hay agresiones psicológicas repetidas y constantes es igual a ser abusado sexualmente en una plaza mientras todo el mundo mira. Porque el abuso emocional y el sexual tienen el mismo efecto en la mente de la víctima. Una persona que ha sufrido un ataque viral sufre un tornado todos los días. No hay víctima que resista. Y lo peor es que no hay castigo.