Aproximadamente a las 06:30, Valentina Reyes suele llegar a sus clases en la Universidad de Guayaquil. La línea de bus en que se transporta la deja en Tungurahua y Quisquis. Luego camina un tramo de unos 250 metros hasta ingresar al centro de estudios por la puerta de esa última calle. Trayecto que a esa hora, con el sol apenas terminando de salir, se torna peligroso.

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Para la joven, esa caminata es un desafío. Teme que algún delincuente se le aparezca y pretenda quitarle sus pertenencias. “Lo que hago es guardar el teléfono en mi maleta y ponérmela en la parte de adelante”, dice, explicando su estrategia para evitar ser blanco de los pillos.

Otros estudiantes tienen el mismo miedo de Valentina. Para ellos, cruzarse con la delincuencia es una posibilidad recurrente. Al menos en las cercanías de la institución, pues adentro la situación es diferente. Solo entran quienes tienen sus credenciales estudiantiles, que las deben colocar en un dispositivo electrónico que les permite el acceso. Es decir, cualquiera no se mete.

Mayerli Chancay, otra alumna, aprovecha la situación y espera dentro de las instalaciones a que su ñaña, quien la moviliza, esté cerca del recinto académico para salir.

“Debería haber patrullajes policiales fuera, para que así exista más prevención”, recalca.

La Corporación para la Seguridad Ciudadana de Guayaquil, a través de un comunicado del pasado viernes 2 de junio, indicó que repotenció el sistema de seguridad en los exteriores de la ‘U’ con la activación de 11 cámaras de seguridad.

“Este proceso se suma al plan de patrullaje en el perímetro del centro universitario, entre las 6:00 y 22:00 (...). Los controles, con recorridos a pie y patrullaje en vehículos, incluyen a miembros del Grupo Élite y del Cuerpo de Agentes de Control Metropolitano (Cuacme)”, se añade en el documento.

En la avenida Isidro Ayora, por el redondel de Sauces 8, en el norte de la urbe, quienes esperan los expresos que los llevan a la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol) anhelan que en ese punto se implemente una acción similar. En este sitio, el jueves 25 de mayo de 2023, Julio, un estudiante de aquel establecimiento educativo, fue herido de bala al ser asaltado.

El hecho ocurrió pasadas las 06:00. La víctima inmediatamente fue trasladada a una casa de salud, en donde hasta el fin de semana continuaba su recuperación satisfactoriamente. Sin embargo, a las pocas horas de su ingreso, estuvo en una situación crítica. Sus familiares y amigos hicieron una campaña en redes sociales para que le donen pintas de sangre.

La Espol cuenta con un Centro de Atención de Emergencias, desde donde se activaron los protocolos de atención, como la movilización de la patrulla de seguridad y organismos de socorro para asistir a Julio, refiere Armando Herrera, vocero del centro. Además, hubo un acompañamiento y seguimiento permanente en el centro médico, por parte del equipo de Bienestar Politécnico.

“Hemos iniciado capacitaciones en temas de seguridad ciudadana, con mensajes clave enfocados en el objetivo de precautelar la vida de los miembros de nuestra comunidad (...). Al interior del campus Gustavo Galindo Velasco no se ha registrado ningún incidente violento en los últimos dos años. Esto es el resultado de mantener un estricto control en las garitas de acceso”, agrega.

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El alma mater ha mantenido comunicación directa con el Grupo de Operaciones Especiales (GOE) y la Comandancia de la Zona 8 de la Policía Nacional, solicitando rondas disuasivas en diferentes puntos y horarios estratégicos por donde pasa el servicio de buses que trasladan a los estudiantes.

Adicionalmente, cuentan con un protocolo que detalla los procedimientos para diferentes tipos de emergencias y se está automatizando la gestión de estas a través de una aplicación.

“Nos hemos reunido con otras universidades, como la Universidad de Guayaquil, para generar sinergia y la socialización de medidas preventivas exitosas que pueden ser replicadas en ambas instituciones”, finaliza.

Para Erik Barba Ledesma, presidente de la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE), precisamente una de las formas de actuar frente a la inseguridad es aplicar en todas las universidades un sistema de seguridad similar al que ya se aplica en la de Guayaquil, con el acceso a través de la presentación de credenciales estudiantiles.

De no hacerlo, advierte, podrían seguir ocurriendo hechos delictivos dentro de las instituciones, como el asesinato de María Gema Moreira, en el parqueadero interno de la Universidad Estatal de Milagro, el 20 de enero de este año. Pero también es importante controlar el exterior, con apoyo policial, aunque en esa intención hay falencias, explica.

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“La respuesta, ha coincidido, es que no disponen del contingente suficiente, sea de motorizados, o de vehículos, ni tampoco del contingente humano policial, para poder estar dedicados a rondas de las universidades”, comenta.

El dirigente menciona que, a más de pedir la colaboración policial, la FEUE también coordina la implementación de grupos de chat por carreras, en los cuales se pueda informar novedades respecto a los estudiantes, a fin de gestionar ayuda e intervención cuando se necesite.

Carlos Coello, presidente de la FEUE-filial Guayaquil, indica que la federación ha gestionado el servicio de expresos escolares para los estudiantes nocturnos de la Universidad Estatal, con el propósito de que puedan trasladarse hacia sus hogares de forma segura, pues a la hora de salida ya no circulan ciertas líneas de buses.

“La tarifa que los compañeros pagan es económica, con el fin de que puedan acceder a este servicio”, refiere. Esta acción se lleva a cabo en otras instituciones del país, como la Universidad Central del Ecuador, y se busca aplicarla totalmente a escala nacional.

En el caso de universidades privadas, alumnos también piden más control, tanto en vigilancia como transportación. Otro de los casos que conmocionó a la ciudadanía fue el asesinato de Danny Sarango, el 26 de noviembre de 2022, luego de coger un taxi fuera de la Universidad Católica de Guayaquil y sufrir un secuestro.

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