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Padre e hijo fueron llevados al hospital de Daule, uno falleció y el otro transferido a Guayaquil.Édgar Romero

Les disparó a matar porque le pidieron que no haga tiros al aire

En Lomas de Sargentillo, un hombre y su hijo fueron tiroteados por un sujeto al que le pidieron que guardara la pistola. El padre murió

Defender a su hijo y pedir que no hagan disparos al aire le costó la vida a Aparicio Walter Villafuerte Quiñónez, de 56 años. El homicidio ocurrió la noche del domingo 11 de octubre de 2020 en la parroquia Las Cañas, del cantón Lomas de Sargentillo, provincia del Guayas, cuando  la víctima  tomaba unas cervezas junto a su hijo en un bar.

De acuerdo con versiones de familiares del fallecido, el joven Iván Villafuerte Pereira libaba con su padre cuando cerca de ellos un sujeto habría disparado al aire, en varias ocasiones, un arma de fuego.

“Mi hermano le pidió que no hiciera eso y ese sujeto le disparó por tres ocasiones. Luego mi padre trató de defender a mi hermano y recibió un mortal disparo en el tórax”, comentó Danilo Villafuerte, otro hijo del ahora occiso.

El atacante huyó

Allegados de los afectados comentaron que el hombre armado, luego de cometer el crimen, huyó del sitio con rumbo desconocido, pero trascendió que en el sector ya se tendrían indicios de quién es el causante del crimen.

El contrariado joven relató que trasladó a su padre y a su hermano hasta el hospital de Daule, donde solo se confirmó la muerte de su progenitor. Mientras que su ñaño fue llevado de urgencia hasta un hospital de Guayaquil.

Personal de la Unidad de Investigaciones de Muertes Violentas (Dinased) de la Policía Nacional y de la Fiscalía, de Lomas de Sargentillo, lleva a cabo las diligencias para esclarecer lo ocurrido.

Velatorio

Los restos del fallecido son velados en su domicilio, ubicado cerca de donde fue baleado junto a su hijo. Los familiares tienen previsto sepultar a Aparicio Walter la tarde de hoy en el cementerio de la misma parroquia Las Cañas.

Una hermana del occiso, que se identificó como Olga Villafuerte Quiñónez, de 62 años, comentó que su hermano y su sobrino solían ir juntos al bar luego de concluir sus labores diarias.

La mujer se quejó del funcionamiento de la cantina, pese a la pandemia y a las prohibiciones existentes.