Exclusivo
Actualidad

La jornada comenzó a las 07:00. Se subió a la camioneta y emprendió su trabajo como reportera.Miguel Canales Leon

¡Dayana Cobos, la monjita de la crónica roja!

La hermana Dayana Cobos se adentró en varios sectores de Guayaquil y Durán en busca de información. “No debería existir tanta maldad, para esto no fuimos creados”, dijo al ver rastros de sangre que dejó una balacera en la que niños resultaron heridos.

Su día comenzó a las 05:50. Luego de prepararse, ponerse su atuendo religioso y orar, la hermana Dayana Cobos Zúñiga se dirigió a Gráficos Nacionales, empresa que edita los Diarios EXTRA y Expreso. Ella tiene 25 años y además estudia Comunicación y Relaciones Públicas en el Tecnológico Espíritu Santo, de Guayaquil.

A las 07:00 del pasado viernes, la joven inició su jornada laboral como periodista. Ella acompañó al equipo de Sucesos a un recorrido sobre temas judiciales.

El primer sitio visitado fue la cooperativa El Ejército, del cantón Durán. Allí, la noche del jueves 28 de abril fueron atacados a bala un padre y sus tres hijos, dos de ellos menores de edad.

El hecho conmovió y entristeció el corazón de la hermana Dayana. Nunca antes había estado en un lugar donde menores fueran víctimas de un tiroteo. Y ella afirmó ser sensible a esas situaciones, aunque le apasiona la crónica roja, tanto así que su serie preferida se relaciona con la investigación de mentes criminales.

7 años tiene consagrada al servicio religioso. Es la única mujer entre cuatro hermanos.

“Fue una experiencia nueva. Me gustan los niños y me duele que tengan que pasar por estas situaciones. No debería existir tanta maldad, para esto no fuimos creados”, expresó.

La hermana Dayana siguió de cerca el trabajo de los reporteros y del cuerpo policial.MIGUEL CANALES

Diez minutos después, en el sur de Guayaquil, en el sector del camal se reportó el asesinato a tiros de un comerciante de 55 años. Antes de llegar al lugar, la reportera a cargo del recorrido le preguntó a la consagrada si deseaba bajarse o esperar en la camioneta. Ella accedió a acompañar a los periodistas, con la finalidad de aprender cómo es el trajín de una cobertura noticiosa.

“No sabía que se demoraran tanto en levantar un cadáver. Pensé que al llegar ya no iba a estar el cuerpo. Ver el dolor de sus familiares me conmovió. Es difícil no dejarse tocar por el dolor de las personas”, comentó la joven.

Confesó que mientras se dirigían al punto donde fue abatido el individuo, pensó en lo fuerte que sería ver el dolor de sus familiares y le pidió a Dios que estas situaciones no se repitan.

La hermana Dayana Cobos vivió de cerca el levantamiento de un cadáver, al sur de Guayaquil.Miguel Canales

Con una rueda de prensa en el Comando de Policía de la Zona 8, en la avenida de las Américas, finalizó la ‘aventura’ de la religiosa, en un día en que sin dejar los hábitos se convirtió en una reportera de sucesos.

Durante la intervención de las autoridades, entre las que se encontraba el gobernador de la provincia, todos se quedaban sorprendidos al ver a una monja como periodista de Diario EXTRA.

Durante su cobertura de la crónica roja, no faltó lo que hoy en día es parte de la cotidianidad: conocer historias de niños y padres baleados, ver detenidos y además sentir el dolor de los familiares de las víctimas y saber cómo reaccionan en esos difíciles momentos. 

“Fue una experiencia que me ha dejado muchos aprendizajes. Siento que la misión del periodista es comunicar para que todos tomemos conciencia de lo que pasa”, concluyó.