“¡Mijito, no demores, regresa rápido, que es peligroso estar en la calle a esta hora!”, fueron las últimas palabras que Marcia Acosta le dijo a su sobrino, Cristhofer Michael Molina Acosta.

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Tan solo una hora después, una vecina les informó sobre una masacre ocurrida a diez cuadras de su hogar. En la cooperativa Assad Bucaram, ubicada en la parroquia Pascuales de Guayaquil, siete personas fueron asesinadas la noche de este domingo 16 de febrero, entre ellas Cristhofer, quien tenía 20 años.

Las otras seis víctimas de este brutal ataque fueron Gerardo Manuel Orbe Reinoso, quien tenía antecedentes penales por tenencia de drogas y fue detenido en 2006; Jeremy Miguel Romero Larrosa; Luiggi Alfredo Cevallos Ponce; Rolando Lenin Rubio Alvarado, quien registraba dos antecedentes por robo en 2019; un menor de 16 años y un ciudadano cuya identidad aún no ha sido confirmada.

Con este hecho de sangre, perpetrado por menores de edad según reveló una fuente policial, el distrito Pascuales alcanza las 54 muertes violentas y se posiciona como uno de los tres distritos con más asesinatos de la Zona 8, solo por detrás de Nueva Prosperina y Durán.

Según información proporcionada por la Policía, los asesinos se movilizaban en una motocicleta y abrieron fuego contra un grupo de personas que se encontraba afuera de una licorería. Seis de las víctimas quedaron tendidas sobre la vereda, mientras que otra fue hallada dentro de una casa.

No creían que era su familiar

Los familiares de Cristhofer contaron que, al enterarse de la tragedia, jamás imaginaron que él pudiera estar entre las víctimas. Sin embargo, la preocupación creció al notar que había pasado más de una hora y aún no regresaba a casa.

“Fuimos a ver qué había sucedido. Sus padres y hermanos no podían creer que algo así le hubiera pasado. Mi hermana está destrozada, no asimila que su hijo esté muerto. Recuerdo que mi sobrino quería trabajar como tricimotero, pero debido a lo peligroso de ese oficio le habíamos dicho que no. Por eso estaba haciendo un curso para ser guardia de seguridad”, relató entre lágrimas la tía del joven.

Cristhofer era el tercero de cuatro hermanos y el único varón. Sus familiares lo hallaron tendido en el suelo, boca abajo, con varios impactos de bala.

Por su parte, los familiares de Gerardo Orbe contaron que él salió de su casa, ubicada a una cuadra del lugar de la masacre, para comprar una gaseosa.

“Su esposa fue a una reunión y le llevó comida. No tenía ni diez minutos de haber salido cuando escuchamos los disparos. Mi tío estaba entre los muertos”, lamentó su sobrina, quien acudió junto a otros familiares al Laboratorio de Criminalística para retirar el cuerpo de su ser querido.

Por uno pagaron todos

Una fuente policial aseguró que la matanza ocurrió en un sector controlado por la organización criminal Tiguerones Fénix y que los responsables serían miembros de la facción conocida como Tiguerones Igualitos.

“Solo una de las víctimas habría sido el objetivo de los atacantes, mientras que las demás fueron asesinadas como daños colaterales. Entre los fallecidos hay un menor de edad y se presume que los sicarios también eran adolescentes vinculados a la organización criminal Tiguerones Igualitos. Existen imágenes en las que se les observa perpetrando otros ataques”, manifestó la fuente.

Además, el oficial de la Policía informó que días atrás, en este mismo sector, se detuvo a varios menores de edad. En sus celulares se encontraron imágenes en las que se los ve cometiendo asesinatos en Flor de Bastión.

“Son parte de la misma banda que opera en Nueva Prosperina”, puntualizó. 

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