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Guayaquil: La historia del abuelo secuestrado, torturado y asesinado en presencia de su nieto
Delincuentes enviaron un vídeo a los parientes donde se veía cómo le cortaban el dedo. Ya estaba muerto, pero les hacían creer que seguía vivo
Durante cuatro días, José (nombre protegido) vivió una pesadilla de la cual pensó que nunca iba a despertar. El martes 30 de abril fue secuestrado junto a su abuelo, Marcos Elías León Maruri, y no solo presenció su tortura, también fue testigo de su asesinato y, lo peor, convivió cuatro días con su cadáver, en la misma casa donde ambos fueron llevados.
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El adulto mayor y el joven de 24 años fueron raptados en el sector de Socio Vivienda 1, en el noroeste de Guayaquil. Sus captores los interceptaron cuando salían de la casa de la conviviente del sexagenario.
Los amedrentaron con armas de fuego y se los llevaron en su propio vehículo, una camioneta Nissan Frontier, la cual aún no aparece.
Sin embargo, con el asesinato de Marcos y la liberación por parte de la Policía de su nieto, no terminó la ‘tortura’ para esta familia guayaquileña, pues los delincuentes se siguen comunicando con ellos y les exigen dinero a cambio de no hacerles daño.
“Cuando los secuestraron no sabían que el joven era nieto de mi papá, pensaron que era su trabajador y que mi padre era un próspero comerciante, pero el viernes a mi sobrino le tocó decir la verdad, lo iban a matar para no dejar testigos, mi padre ya estaba muerto, lo mataron la madrugada del miércoles, lo golpearon, lo torturaron y nos hacían creer que estaba vivo, nos enviaron audios donde él pedía ayuda y un video donde se ve cómo le cortan un dedo”, relató el hijo de la víctima a este Diario.
Los agentes de la Unidad Antisecuestro (Unase) que se contactaron con los familiares de las víctimas, al ver la grabación, les advirtieron de que por la no reacción del cuerpo había posibilidad de que él ya no estuviera vivo.
“En el video a mi papá se lo observa en el piso, y no se movía, le cortaron el dedo cuando ya estaba muerto. La policía nos dijo: ‘Está muerto, soñado o le dieron algo para dormirlo’”, recordó.
Los secuestradores exigieron $100.000 al hijo de Marcos, cuyo número de teléfono lo encontraron cuando revisaron su celular. Luego, al no tener respuestas y ellos al manifestarles que no tenían el dinero que les pedían, los crimnales les dijeron que debían pagar $30.000 o, de lo contrario, matarían a su padre.
Tanto el joven como el adulto mayor fueron llevados a una casa de la cooperativa Nuevo Guayaquil, donde los tuvieron amarrados. La madrugada del sábado se deshicieron del cuerpo de León, ya que se estaba descomponiendo.
“Mi sobrino tuvo que soportar todo este calvario, a pesar de tener conocimiento de primeros auxilios, no pudo ayudar a su abuelo. Le dijeron que, si se movía, lo mataban. Cuando lo liberaron, estaba en shock, no quería abrir los ojos; vivió una pesadilla”.
José tenía como costumbre acompañar a su abuelo y conducir la camioneta que había comprado hace un año, ya que por achaques propios de su edad y su enfermedad se le dificultaba ver y conducir.
Siguen las amenazas
El hijo de León aseguró a EXTRA que todavía recibe llamadas de los extorsionadores.
“Esta gente me manda mensajes diciéndome: ‘Cuánto vas a meter para no matarte o secuestrarte’; me tocó renunciar a mi trabajo y dejar la ciudad”.
Policía capturó a un sospechoso
Poco antes del mediodía del domingo, la Policía ubicó el carro del cual bajaron el cuerpo del adulto mayor, en la terminal terrestre de Guayaquil; mientras que uno de los presuntos secuestradores, Marco Duval Franco Ortega, de 26 años, fue detenido.
El lunes 6 de mayo, durante la audiencia de formulación de cargos, fue procesado por secuestro extorsivo, el cual está tipificado en el artículo 162 del Código Orgánico Integral Penal y cuya pena por el delito es de cinco a siete años.
Franco ya registra un proceso judicial por robo, fue detenido en diciembre de 2021.
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