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Cuenca: ¡Se ‘tragó’ solita sus líos!
Examen confirmó que madre atacó a sus niños y luego se quitó la vida. El caso que conmocionó a Cuenca se cerró como filicidio y suicidio
En el cementerio de la parroquia de Turi, en el sur de Cuenca, sepultaron a la mujer de 36 años y a sus hijos, de 4 y 8, a los que -según el protocolo de autopsia- ella estranguló.
La madre y abuela de las víctimas, quien encontró los cuerpos, aún no encuentra respuestas. “¿Qué le pasó?”, “¿por qué lo hizo?”, se preguntaba la señora, quien recordó que la mañana del lunes 3 de enero de 2022, vio a su hija con los chicos. Estaban cortando la hierba en un terreno para la siembra de maíz.
“Nada me dijo, tan solo que no había dormido en toda la noche”, problema que sufría desde hace algunos meses. “Tampoco noté ninguna actitud de decaimiento ni algo que me haya alertado sobre su estado de ánimo”, refirió la señora, quien en la tarde de ese lunes los halló muertos en el interior de su vivienda.
La pariente precisó ante los agentes que su hija perdió el trabajo hace unos pocos meses y eso la tenía preocupada.
Además, contó que la relación con el esposo y padre de los niños era normal.
No habría agresión
Durante la investigación policial, los agentes lograron determinar que no existía agresión intrafamiliar.
El informe policial remitido a la Fiscalía señala que no se hallaron indicios de la posible participación de alguna u otras personas en la muerte de los miembros de la familia.
El fiscal provincial, Leonardo Amoroso, encasilla este hecho en un filicidio y posterior suicidio, y así, con el informe legista y por las investigaciones realizadas por los agentes de la Unidad de Muertes Violentas (Dinased), jurídicamente se cierra el caso.
Mientras, en medio del dolor y el vacío familiar, la madre de la joven sigue sin entender qué habría motivado a su hija a atentar contra la vida de sus propios niños y luego colgarse.
Caso raro
Sería resultado de “colapso emocional”
Lo ocurrido en un barrio del sur de Cuenca es “raro” para el catedrático universitario y psicólogo clínico Danilo Velázquez. “No toda depresión lleva a la muerte”, manifestó.
Debió haber existido en la víctima un “colapso emocional”, el que no habría sido atendido a tiempo. El colapso lleva al deterioro o sesgo de la razón, a un punto crítico donde no hay distinción entre la acción y la razón de lo bueno y lo malo.
La ciencia determina que en situaciones graves y extremas, por la pérdida de la razón, que no es locura, la persona llega a cometer este tipo de acciones, dijo.