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El 'cruising' se practica en cubículos de baños y parqueaderos.Canva

El 'cruising', una práctica en centros comerciales de Guayaquil

Tres hombres narran sus experiencias homosexuales en cubículos de servicios higiénicos y parqueaderos, en la Urbe Porteña

Un hombre ingresa al baño. Se lava las manos mientras se mira al espejo. A su derecha, otro está parado frente a un urinario descargando su vejiga. En un momento, giran la cabeza al mismo tiempo y hacen contacto visual. En segundos, ambos calentaron aquel sitio frío y húmedo, encerrados en uno de los cubículos de los servicios higiénicos de un centro comercial de Guayaquil. Tuvieron sexo.

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El 'cruising', que en español se diría 'cancaneo', es una práctica sexual común entre hombres homosexuales, en la que se tiene sexo en lugares públicos, con desconocidos, luego de una señal que suele ser un guiño, o un agarrón del ‘paquete’. Actualmente, con el avance de la tecnología y la llegada de las aplicaciones de citas, solo basta con la ayuda de la geolocalización para buscar al ‘ligue’ más cercano. Pero hay otros que prefieren sentir la adrenalina de hacerlo en un baño, mientras afuera la gente orina o se asea.

Y es tan usual para algunos como José Carlos, Daniel y Luis, quienes aseguran haberlo hecho en diferentes situaciones en Guayaquil.

Solo basta poner en el buscador de Google, en internet, 'cruising en Guayaquil', para que aparezcan varias páginas en la web que delimitan las zonas ‘calientes’ para esta práctica. En el Puerto Principal, según estos mapas, esto se realiza frecuentemente en los baños de los centros comerciales, malecones, entre otros espacios públicos.

José Carlos, de unos 25 años, confiesa que la primera vez que lo hizo fue en un centro comercial del sur. Él, que trabajaba para un local, había aprovechado el fin de su almuerzo para refrescarse en el baño de la planta baja. Mientras orinaba, un hombre se puso a su lado, empezó a mirarlo fijamente y le mostró su miembro viril. “De la nada empezó a tocarse mientras me veía. Sentía miedo, pero creo que la pasión me pudo más”.

El 'cruising' se practica en cubículos de baños y parqueaderos.Canva

Luego de toquetearse decidieron entrar a uno de los sanitarios, en donde le dieron rienda suelta a su pasión. No es la primera vez que José Carlos lo hace. De hecho, tiempo después repitió el momento, pero en un área del estero Salado.

Daniel (30) también disfrutó de algo similar. Su encuentro no empezó en la calle, sino a través de una aplicación de citas llamada Grindr. Recuerda que había pactado conocerse con un hombre con el fin de tener sexo en la calle. Por seguridad, se citaron en una cafetería. Su ligue contaba con vehículo, por lo que luego de conocerse, se movilizaron hasta el parqueadero de un centro comercial, ubicado en la avenida Carlos Julio Arosemena. Allí, el ‘cuerpeo’ empezó. “Inició con besos y terminó en la parte trasera del auto”, cuenta Daniel. “Lo que más te gusta de la práctica es la adrenalina que se vive. Ese miedo de ser visto por alguien más”, describe entre risas.

NO ES DELITO

Aunque se puede esperar lo contrario, hacer 'cruising' no es ilegal. El Código Órganico Integral Penal (COIP) no prohíbe en ninguno de sus artículos las prácticas sexuales en espacios públicos. Cuando la ‘pelota’ está sobre los municipios, habría que revisar cada ordenanza.

En el caso de Guayaquil, en 1992, se emitió la ordenanza municipal del Uso del espacio y la vía pública, que en su artículo número 32, prohibía la “satisfacción de necesidades corporales” en las calles. Pero, según data en el archivo alojada en la web del Cabildo, esta norma fue declarada inconstitucional en 1996.

Por otro lado, en los centros comerciales, al ser espacios privados, las actividades que se den en estos espacios se apegarán a los reglamentos que se hayan establecido de forma particular.

INTENSO, PERO RIESGOSO

El sexólogo Héctor Chávez asegura que tener sexo en lugares públicos, sin distinguir, si la pareja es heterosexual u homosexual, puede hacerse por mero gusto. “Intimar, temiendo ser observado, le agrega adrenalina y emoción a la relación sexual”, aseguró Chávez.

Para el especialista, en la actualidad, el 'cruising' ya no es solo de hombres gais, y aseguran que muchos heterosexuales también se atreven a desatar la pasión en el sitio en el que mejor les convenga. Eso sí, esta práctica conlleva grandes riesgos.

Luis tiene unos 40 años. Es guardia de seguridad y también le mete al 'cruising', pero, por su trabajo, sabe que exponerse puede traería problemas, por eso su cuenta en Twitter es privada.

En su línea de tiempo se alojan una seria de publicaciones en las que anuncia en qué lugar está disponible para tener sexo. Usualmente, los hace coincidir con el puesto en donde cumple sus funciones de seguridad. Él no ve nada, ha ofrecido la práctica sexual hasta en el mismo cementerio del suburbio, asegura.

Pese a ser un ‘duro’ no todas sus experiencias han sido buenas. Una vez fue víctima de 'robo' que denunció en la misma red social. Un individuo lo convenció de tener sexo luego de tocarse frente a él en un baño del Malecón 2000.

Fueron hasta un motel de la zona y cuando terminó el encuentro, el galán le cobró 20 dólares por el 'cuerpeo'. Se sintió engañado.

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