Hace 45 días los familiares de Pedro César Vergara García lamentaban su desaparición, hecho que reportaron a la policía. Para tranquilidad de sus seres queridos, poco tiempo después él apareció sano y salvo.

Sin embargo, hoy ellos sufren un trago más amargo: Pedro, de 26 años, fue asesinado a tiros la noche del miércoles, cuando se movilizaba en un vehículo Kia Río blanco de placa GTE-6107, junto a su amigo Bryan España.

Este hecho violento, el segundo en el primer día de julio, ocurrió en la avenida Pío Jaramillo y Domingo Comín, en el sector de La Pradera, en el sur de Guayaquil.

Horas antes de este crimen, en el Guasmo Sur, en la misma zona porteña, un grupo de personas, al parecer de una banda criminal rival a Los Lagartos, que habría liderado Geovanny Mantilla Ceballos, alias el Gorras, lanzaban juegos pirotécnicos festejando su muerte, hecho suscitado el pasado lunes en Sucumbíos.

El teniente coronel Francisco Hernández, jefe de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida y Muertes Violentas de la Zona 8, explicó que al parecer la víctima era una de las personas que estuvieron en el festejo por el deceso del Gorras.

Hernández sostuvo que la policía investiga de dónde salió y qué se encontraba realizando la víctima, antes de ser baleada por dos sujetos que sin necesidad de bajarse del carro lo acribillaron, al parecer con un arma semiautomática.

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“Nos llama la atención que la víctima hace 45 días había sido reportada como desaparecida. Sin embargo, los familiares habían retirado la denuncia. Estamos analizando lo poco particular y lo extraño de este evento que posiblemente tenga relación con el hecho de sangre”, acotó el oficial de la entidad policial.

Manifestó que el acompañante de la víctima mortal fue llevado a una casa de salud de la ciudad y que se encuentra con resguardo policial.

“En las próximas horas nos podrá proporcionar información en cuanto a lo ocurrido. En el sitio se levantaron seis indicios balísticos. Ellos no registran antecedentes delictivos”, comentó el jefe de la Dinased.

En el sector, la mañana de ayer los moradores aún estaban aterrados por lo ocurrido. Un testigo aseguró que los asesinos llegaron en un vehículo Chevrolet Aveo gris y que luego de cometido el crimen huyeron con rumbo desconocido.

“Llegaron familiares de los baleados y al ver que el copiloto aún tenía signos vitales, lo embarcaron en una moto y lo trasladaron a una casa de salud”, dijo un lugareño, quien evitó identificarse por temor a represalias.