El crimen de Gabriela Vera, en La Roldós, noroccidente de Quito, mantiene en silencio a sus moradores, quienes por terror no quieren hablar del tema. El caso se registró la noche del 16 de octubre, cuando la víctima, de 38 años, atendía una farmacia en la calle N85.

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Vera recibió un balazo al interior del lugar, luego de que un grupo de antisociales disparó. Una residente, quien no quiso identificarse por pánico, aseguró que todavía no está claro el suceso.

“Hay dos versiones que están circulando. La primera es que los tipos habían entrado a robar, pero la vecina no les dio el dinero y la mataron”, narró la moradora.

Pero la segunda versión iba cobrando fuerza hasta el mediodía de este jueves: que sicarios llegaron para matar a un tipo que se metió en la farmacia y estos atacaron. La peor parte se la llevó la dependiente.

Esto quedaría corroborado con un extracto del reporte policial al que EXTRA tuvo acceso y que recoge la versión de una mujer. Según la testigo, un sujeto llegó hasta la parte externa del lugar y empezó a disparar hacia el interior, hiriendo de muerte a Vera, quien se desplomó en el piso de la botica.

“Si alguien tenía un dolor de cabeza o de estómago, la vecina siempre daba la medicina precisa para curarnos”, contó la moradora que conversó con un equipo de EXTRA.

La residente añadió que Vera era una trabajadora y que se dedicaba a su familia. Por eso, para aquella habitante es injusto que la farmacéutica haya muerto de esa forma tan vil. “Estamos expuestos a que nos maten. Vivimos en una tierra de nadie”, aseveró.

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