Las tumbas que fueron profanadas en el cementerio de Aloasí, en el cantón Mejía, fueron tapadas nuevamente luego del ataque, que tiene en zozobra a los parientes de las personas fallecidas. Dos cadáveres quedaron intactos dentro de los sepulcros, pero un tercer cuerpo tuvo que ser ‘guardado’ incompleto, porque se le llevaron la cabeza.

Han pasado seis días y los responsables de este hecho no han sido localizados ni tampoco la parte humana que robaron. A decir de Ricardo Mite, teniente político de esa parroquia, se harán patrullajes en el camposanto para evitar problemas futuros y se pedirá al Municipio de Mejía que se haga un cerramiento en la parte trasera, por donde se presume entraron los delincuentes.

“La comunidad comenta que pudo darse esto bajo pedido e incluso que habría estudiantes de Medicina interesados en conseguir estas partes humanas”, manifestó Mite. Sin embargo, se está investigando el verdadero motivo de este macabro robo.

Motivos

Una doctora de Medicina General que trabaja en un hospital del norte de Quito y pidió la reserva de su nombre, contó que cuando ella estudiaba (hace 10 años), la venta de huesos de cadáveres sí era algo común. “Pero las universidades cuentan con un lugar especializado donde se guardan huesos humanos para el estudio; pero estos son donados por personas que, antes de fallecer, dieron su consentimiento para que partes de su cuerpo fueran dadas a la ciencia”.

Aseguró que no es una práctica nueva. Sin embargo, en la actualidad los estudios en Medicina no requieren ese tipo de ‘recursos’.

Víctor Álvarez, expresidente del Colegio de Médicos de Pichincha, conoció del caso y considera que es irresponsable señalar que los alumnos de Ciencias Médicas, de cualquier universidad, están detrás de este tipo de delitos. “Cuando se dice eso, se está estigmatizando a los estudiantes. No es correcto endosarles estos delitos. Las autoridades tienen que investigar”, enfatizó Álvarez.

Para el profesional de la salud, podría ser que esta profanación de tumbas esté ligada a algún acto de brujería, magia negra o incluso puede que se hayan llevado una parte del cuerpo del fallecido por una creencia satánica.

La creencia

La parapsicóloga Madam Cristal coincide con lo expuesto por el doctor Álvarez. Ella también supo del caso y cree que alguien se robó la cabeza para realizar ‘trabajos’ místicos.

“Se cree que esa parte del cuerpo tiene mucha más fuerza. La persona que la tenga, probablemente conseguirá también mucha más fuerza para ejecutar un trabajo”.

Según la parapsicóloga, el cráneo de un muerto puede usarse para realizar un tipo de brujería que dañe a los ancestros de los enemigos que posea la cabeza. “Es un ritual de venganza”, asegura.

¿Puede usarse cualquier cráneo? A decir de Madam Cristal, no. Si se habla desde un punto de vista energético, esta especialista indicó que quien entró al cementerio de Aloasí percibía posiblemente algún tipo de fuerza en las tumbas. Por eso no se llevaron el cadáver del bebé o el cuerpo de la mujer de 80 años.

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