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El coworking busca 'instalarse' en los edificios residenciales
La masificación del teletrabajo y el trabajo cooperativo hacen prender el foco a promotores inmobiliarios que buscan atraer a compradores de casas
Después de la pandemia de Covid-19 muchos son los ecuatorianos que van dejando con timidez la oficina convencional y de a poco se van entregando a nuevas formas de ejercer sus actividades laborales y lucrativas, entre ellas el teletrabajo y los espacios coworking.
Este último concepto, que nació en la ciudad de San Francisco (EE. UU.) en 2005, debido a los cambios en la economía, es una forma de trabajo que permite a profesionales independientes, emprendedores y pymes compartir un mismo espacio de trabajo -y gastos- para desarrollar sus proyectos profesionales de manera independiente, a la vez que fomentan proyectos conjuntos.
Sin embargo, estos espacios no son gratuitos, en muchos casos hay que pagar cuotas mensuales que, en tiempos de crisis como los actuales, representan una carga para cualquiera.
Ante esta situación, a ciertas empresas inmobiliarias se les ha prendido el foco y han decidido combinar el teletrabajo que se desarrolla en casa con los sitios de coworking. La novedosa iniciativa consiste en implementar estos sitios de labores y reuniones equipados con moderno mobiliario y conexión de internet, en áreas comunales de las urbanizaciones o condominios.
Es como hacer teletrabajo en casa pero al mismo tiempo fuera de ella, a tan solo unos cuantos escalones hacia la terraza o la planta baja del edificio, opinan promotores de esta tendencia, como el arquitecto Joan Proaño, quien admite que la intención es atraer a los compradores de vivienda.
"Hasta ahora solamente habían espacios de coworking (trabajo colaborativo) que se los alquilaba, el usuario tenía que pagar una membresía por ir a cumplir su jornada laboral a estos lugares. En cambio hoy vemos que se puede incorporar estos mismos espacios en los edificios residenciales, generando de esta manera un valor agregado para las personas que compran sus unidades de vivienda", explica Proaño, quien dirige una inmobiliaria con sede en Quito y quien preside el colectivo Constructores Positivos.
No es que veamos hoy decenas o centenares de edificios residenciales con este servicio adicional en el Ecuador. Es más, en Quito recién se va a entregar el primero con esta característica en las próximas semanas: el XOE, ubicado en las calles República El Salvador y Suiza.
Sin embargo, sus constructores y promotores consideran que solo es el primero de muchos que se construirán en el país, debido a las nuevas modalidades de trabajo que se imponen en el mundo.
CUALQUIER ESPACIO ES BUENO
La guayaquileña Ana Zapata, especialista en Diseño Interior, admite que esta idea es beneficiosa para los condóminos o copropietarios de un inmueble, pero también considera en que la misma casa o departamento las personas podría habilitar un espacio para teletrabajo, sin necesidad de acudir a las áreas comunales.
"Un estudio tipo biblioteca en su casa es el espacio ideal (para trabajar) y se puede invertir menos. Muchos hogares no disponen, de pronto, de una habitación especial para estudio o biblioteca y ahí lo que se tendría que hacer es que habitaciones comunes de descanso sectorizarlas y utilizar una zona para poder realizar el teletrabajo... Todo va a depender del espacio que tenga la habitación, todo es posible realizar", comenta Zapata, quien lideró la hoy desaparecida Asociación de Diseñadores de Interiores del Guayas.
En todo caso, la también catedrática sostiene que cualquier espacio que sirva para el trabajo vía virtual o teletrabajo debe ser bien diseñado y estar acondicionadas para dar comodidad y buen ambiente a propietarios y a sus clientes.
"EL TELETRABAJO NO DARÁ MARCHA ATRÁS"
Construir espacios para trabajar en casa o en las áreas comunales de los edificios es para el arquitecto Jonás Vinueza, una necesidad de estos tiempos que se creía que iba a tardar muchos años en darse en el Ecuador.
Vinueza, quien es especialista en diseño arquitectónico y renovación de inmuebles, no cree que la tendencia del teletrabajo se vaya revertir o desaparecer algún día y, por tanto, asegura que aparte de que es un beneficio para las empresas y trabajadores, también lo es para muchos desempleados que decidan habilitar en su casa o edificio su propio emprendimiento.
"Supongamos en el caso de hoy de una persona que se quedó sin empleo y que obviamente tiene un espacio que lo puede utilizar para dar este servicio, tiene una equis cantidad de metros cuadrados en el que aparte de poder trabajar, puede ofrecerlo a otras personas y con eso tiene un ingreso", subraya.
Joan Proaño coincide con Vinueza en el tema del presente y futuro del teletrabajo y las tendencias que propenden a mejorar el nivel de vida de la gente, pero al mismo tiempo ve con optimismo la recuperación del sector de la construcción en el país y, en particular, del inmobiliario.
Lo dicen las cifras del mercado. Por ejemplo en 2020, con respecto a 2019, hubo un 32 % menos de reservas de unidades habitacionales en el Ecuador, pero en el primer semestre de 2021 con respecto al año anterior inmediato, estas reservas se han incrementado en un porcentaje cercano al 30 % es un sector que de a poco está recuperando y volviendo a tener niveles normales de absorción.
Básicamente el segmento que más se está reactivando es el de la vivienda VIP (de interés público) de menos de $ 90.000 , acota el promotor quiteño.
"La gente está aprovechando que ahora hay tasas de interés subsidiadas, del 4.99 %, que es la mitad de lo que le presta un banco normal -subraya-, y sobre todo que le presta el 95 % del valor de la vivienda, y uno solo tiene que poner el 5 % de entrada".