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La covid-19 agravó la situación dle trabajo infantil, especialmente en sectores como la agricultura.referencial.

La covid-19 agravó la escalada del trabajo infantil en la agricultura

Esta lacra social, que ya había cuadriplicado sus cifras entre 2016 y 2020, se fortaleció con la pademia, a nivel mundial.

El impacto de la pandemia de covid-19 y su crisis económica derivada agravaron aún más el uso de la mano de obra infantil en la agricultura -que a nivel global es el sector económico que más ejerce este tipo de explotación-, una lacra que ya había cuadriplicado sus cifras entre 2016 y 2020.

Según advirtió este jueves la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en la quinta edición de la Conferencia Global sobre la Eliminación del Trabajo Infantil, que se celebra esta semana en Durban (este de Sudáfrica), el problema es especialmente prevalente en la agricultura de pequeña escala.

"Las consecuencias socioeconómicas de la covid-19 en la seguridad alimentaria y en los sustentos agrícolas han empujado a más niños al trabajo infantil en la agricultura", admitió Bernd Seiffert, experto en Prevención del Trabajo Infantil en la Agricultura de la FAO, en un panel titulado "Lograr avances en la agricultura para acabar con el trabajo infantil".

De acuerdo a las cifras recopiladas por la ONU hasta mediados de 2021, el sector primario concentra un 70 % del trabajo infantil global, lo que supone que unos 120 millones de niños y niñas son explotados para actividades como la ganadería, la cosecha o la pesca.

El principal impulsor de la utilización de la mano de obra infantil es, según recalcó Seiffert, "la pobreza".

De esa manera, el impacto del coronavirus y sus riesgos adicionales sobre la seguridad alimentaria desembocaron en un aumento del uso de la mano infantil desde 2020, alertó el experto de la FAO, si bien no facilitó estadísticas concretas.

Antes de la pandemia, sin embargo, el problema ya venía en expansión, especialmente en áreas como África subsahariana. En esta región, según la FAO, entre 2016 y 2020 el número de niños trabajando en la agricultura creció en 15 millones, lo que supone que en esta zona hay más trabajo infantil que en el resto del mundo.

Junto a Seiffert, personalidades como Daniel Owen, especialista del Banco Mundial en Sostenibilidad Social y Prácticas Globales Inclusivas, o Carla Caballeros, directora ejecutiva de la Cámara del Agro de Guatemala, debatieron en este panel sobre los abordajes y soluciones para combatir el trabajo infantil en el sector, con especial énfasis en medidas como garantizar el acceso el educación.

Esta quinta jornada de la conferencia, que se celebra desde el pasado domingo hasta este viernes, también incluyó sesiones sobre la protección de los derechos de los niños en los deportes o el papel de los empresarios en la prevención del trabajo infantil, entre otros.

En jornadas previas se han discutido igualmente temas como el papel de las medidas de protección social en la lucha contra este tipo de explotación.