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Para conocer si en un espermatozoide existe coronavirus se puede realizar una prueba PCR al semen.CHRISTIAN VASCONEZ

Coronavirus: Esperma con veneno

Un estudio pone en jaque a la comunidad científica. En el mismo se plantea la hipótesis de que el coronavirus podría dañar a los espermatozoides.

El coronavirus podría afectar el ADN de los espermatozoides. Así lo asegura un estudio elaborado por dos científicos españoles, Jan Tesarik y Raquel Mendoza Tesarik, quienes plantean la hipótesis de que las células que producen el semen resultarían dañadas por el virus Sars-Cov-2.

La investigación fue desarrollada por la Clínica Margen de Granada, España, y publicada en la revista European Medical Journal.

Esto ha generado preocupación en quienes pretenden tener un hijo mediante reproducción asistida, pero también incertidumbre en los expertos moleculares, los cuales consideran que, de ser cierta esta teoría, estaríamos frente a un escenario apocalíptico donde habría una generación de ‘niños COVID’.

Lo que provocaría este contexto hipotético, según la investigación, serían las anomalías cromosómicas en los embriones, fetos, descendencia y podría afectar la fertilidad del hombre.

EXTRA consultó a dos genetistas ecuatorianos para que analizaran este escenario que preocupa a la comunidad científica y a la población en general.

César Paz y Miño, médico genetista y director del Centro de Investigación Genética de la Universidad Tecnológica Equinoccial, señaló que dicho estudio se basa en conocimientos previos sobre el contacto y la afectación de otros virus con las células humanas.

El científico añadió que el análisis parte de una premisa lógica de que los virus pueden integrarse en el material genético de sus huéspedes y causar daño, sin embargo aclaró que el coronavirus no tiene esta capacidad todavía.

Paz y Miño explicó que el material genético del COVID-19 está compuesto por ARN positivo (ácido ribonucleico). Esto significa que el virus es funcional por sí mismo y que puede sobrevivir sin ingresar al núcleo de las células. “Otros invasores, como el sida, necesitan obligatoriamente integrarse al núcleo para poder existir. Este tiene un ARN negativo”.

Gabriela Aguirre tiene preocupación por este nuevo escenario, sin embargo, su esposo sí quiere tener otro bebé.René Fraga

A diferencia de otros virus, el COVID-19 ingresa a las células productoras de espermatozoides, pero se queda en la fábrica de proteínas que son los ribosomas y ahí se alimenta y reproduce. El experto señaló que al no llegar al núcleo no podría causar daño. La única forma sería que se integre al mismo de manera estable o por un período de tiempo, como en el caso del VIH, que puede estar en el interior de la célula y activarse luego de varios años. (ver infografía)

TEMOR AL FUTURO

Gabriela Aguirre y Juan Bustillos se toman fotos juntos en la avenida Patria, en el centro de la capital. Al preguntarles sobre la posibilidad de que los espermatozoides podrían ser alcanzados por el coronavirus, el hombre no le da importancia al tema, pero su pareja se preocupa.

Ellos tienen tres hijos y Aguirre no quisiera que el cuarto venga al mundo con COVID-19. La mujer ya tuvo la enfermedad y no sabe si su esposo es asíntomático. “No todos tenemos el mismo organismo y si ese estudio es verdad sería irresponsable de mi parte concebir un niño”. dijo.

Paz y Miño enfatizó que no habría que preocuparse, por el momento, sobre esta hipótesis porque es improbable que el virus ataque directamente a los espermatozoides. Pero el médico no descartó un escenario hipotético donde el semen pueda estar infectado.

Para esto, el virus deberá desarrollar otras características y, sobre todo, tiene que cambiar su esquema de funcionamiento molecular para que así pueda integrarse al núcleo de las células y atacar.

Así se comparta el virusAdrián Peñaherrera

Si el COVID-19 dañase ‘la máquina’ de hacer esperma rompería los genes que involucran el funcionamiento normal. Esto provocaría alteraciones en la formación de una vida humana. “Habría malformaciones congénitas y podría provocar infertilidad en la persona”, añadió.

La solución que proponen los científicos españoles es refrigerar el semen de la persona que vaya a realizar un proceso de reproducción asistida, luego se le realiza exámenes de control al paciente para determinar si es o no portador del COVID-19. De ser así, su muestra es analizada con técnicas sofisticadas como la capacitación de espermatozoides, en la cual se puede escoger a los elementos más fuertes y preparados para la fertilización.

Aguirre prefiere que el estudio sea comprobado para pensar en tener otra criatura. “No sabemos a ciencia cierta a qué órganos afecta este virus y no vamos a arriesgar la salud de la familia”, comentó.

PREOCUPACIÓN

La genetista Germania Moreta indicó que si bien el COVID no se halló en los espermatozoides sí se encontró rastros de este en el líquido seminal, el cual es producido por las células prostáticas.

Según su análisis, el coronavirus produce un proceso inflamatorio tan grande en el organismo que podría oxidar el ADN del espermatozoide provocando que se vuelva débil y, por consecuencia, generar fallas en la fertilidad.

La medicación para contrarrestar los daños que ocasiona la enfermedad, sobre todo los antirretrovirales, pueden disminuir los niveles de testosterona, reducir la producción de espermatozoides y alterar su estructura molecular. Con un estudio específico en esto se podría determinar si existe una disminución en la fertilidad y la posibilidad de abortos espontáneos.

Universidades del Ecuador realizan varias investigaciones sobre la afectación molecular del coronavirus.Archivo

Ante esta otra posibilidad, Moreta recomendó que se deberá realizar estudios más minuciosos de los tejidos de las células germinales que producen los espermas. “La infección por coronavirus inició hace un año y falta mucho por recorrer. Se ha investigado sobre las afectaciones de órganos, sistema nervioso, pero sobre la fertilidad todavía es un proceso”, dijo.

Diario EXTRA le planteó este escenario a una pareja de jóvenes que caminaba con su hija de dos años en el parque de El Ejido, centro-norte de Quito y ellos indicaron que no tienen miedo.

Soledad López y Luis Singue coincidieron en que tendrán un hijo en los próximos meses y que Dios lo traerá sano y salvo. “Será la voluntad de él. Si nos envía un bebé con el virus eso deberemos aceptar”, comentaron.

PREPARACIÓN

Según la red Latinoamericana de Reproducción Asistida (Redlara), existen cuatro clínicas que realizan labores de fertilidad en el Ecuador. Entre ellas está el Centro Ecuatoriano de Reproducción Humana dirigido por el doctor Pablo Valencia.

El especialista indicó que los tratamientos de reproducción asistida no han sido paralizados durante la pandemia por el COVID-19. Explicó que la evidencia científica de los estudios en torno a este tema no es muy robusta para contraindicar o paralizar los procedimientos. Añadió que los pacientes no tienen miedo ante este nuevo escenario. Sin embargo, sí se ha planteado esta hipótesis en los laboratorios.

La comunidad científica está preocupada porque los espermatozoides podrían ser infectados. Los estudios continúan,Pixabay

En casi un 99 % de las muestras de semen de pacientes con COVID no hay el virus. Además, de forma rutinaria, realizamos exámenes para detectar el coronavirus antes de empezar un tratamiento de fertilidad”, aclaró. En caso de que alguien de la pareja dé positivo al test, el procedimiento se posterga dos meses para mayor seguridad.

En la clínica del doctor Valencia, la cual es la más grande del país, tienen más de 15 donantes de semen. La pareja infértil selecciona al más indicado, según ellos, para seguir el tratamiento.

Hasta el momento no se ha comprobado científicamente que el semen pueda ser un conductor del coronavirus.

OTROS ESTUDIOS

En la orina

Los científicos no han encontrado residuos ni presencia del COVID-19 en la orina porque sus componentes no son tan pegajosos para que el virus se adhiera. 

En el ‘popó’

Los especialistas moleculares encontraron partículas en las heces que podrían contagiar. La vía de contagio sería como en la tifoidea. Cuando se come algo que haya estado en contacto con las heces. 

Aguas servidas

En el río Machángara, de Quito, encontraron al coronavirus. Pero determinaron que no es una vía de contagio.

El Ministerio de Salud, a través de la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud, da los permisos de funcionamiento a las clínicas de fertilidad

como centros especializados en reproducción asistida.