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En Pisulí, al menos 50 personas se congregan los fines de semana para jugar vóley, sin mascarillas ni distanciamiento físico.Karina Defas

¡La desobediencia está matando a Quito!

En los últimos tres días hubo más sancionados por libar en la calle, aglomerarse en canchas y fiestas clandestinas desde el paso a semáforo amarillo.

El pasado fin de semana fue el más conflictivo en la capital desde el cambio de semáforo a amarillo, según las autoridades: 126 personas irrespetaron el toque de queda. Hubo fiestas. Bebían en las calles. Jugaban vóley con los ‘panas’ sin protección...

Estefanía Grunauer, supervisora del Distrito Metropolitano de Quito, explicó que las reuniones siguen prohibidas, pero que los ciudadanos no acatan las restricciones. “Por más operativos que hagamos, si no ponen de su parte no podemos controlar”, dijo.

El pasado viernes, la Intendencia de Pichincha intervino una celebración de grado en Calderón. Invitados, carpas, música... había de todo. Y eso fue solo el arranque de un fin de semana problemático. Al siguiente día, el sábado, en el Comité del Pueblo se suspendió un ‘fiestón’ clandestino con 77 personas.

Las autoridades intervinieron una fiesta con 77 participantes en el Comité del Pueblo.Cortesía

No fue todo. EXTRA realizó un recorrido en el norte de Quito. Las canchas son los puntos de encuentro de los vecinos. También las calles, que con una cuerda o una red amarrada en una puerta se convierten en espacios de juego para adultos y niños. Incluso sacan parlantes y ponen música a todo volumen.

Según Luis Benalcázar, morador de Pisulí, cuando llegan las 15:00 los viernes, sábados y domingos es mejor no salir, porque al menos en la puerta de su casa se congregan aproximadamente 50 personas, entre jugadores, apostadores y espectadores de los partidos de vóley.

“Empezó desde que pasamos a semáforo amarillo, ningún fin de semana han dejado de venir”, manifestó el morador.

Junto al improvisado ‘estadio’ hecho con ‘pallets’ viejos y bancos de madera, las ventas no faltaron. Tres mujeres con mascarillas de tela y guantes manipulaban las carnes y embutidos de los pinchos. Al tiempo recibían las monedas de los clientes.

Pareciera que no hay ningún peligro. Pero ya son 12.340 los contagiados de coronavirus en la capital. Y 595 muertos. Cifras que han convertido a la ciudad en el nuevo epicentro de la pandemia en el país.

“Este es un pico alto de contagios. Ya no hay camas en los hospitales, quizá los jóvenes no tengan síntomas, pero sus padres pueden fallecer”, comentó Grunauer.

AGRESIONES

Durante los operativos conjuntos entre la Agencia Metropolitana de Control, Fuerzas Armadas, Policía Nacional y agentes metropolitanos, las reacciones, sobre todo de los ‘chumaditos’, son agresivas. Hay insultos y resistencia. “Necesitamos de la presencia policial, porque incluso corremos peligro”, agregó la supervisora.

La actitud burlona tampoco es ajena para las autoridades. “En un bar que clausuramos, una señora al vernos se puso a bailar en medio de la pista”.

No hay camas en los hospitales, estamos copados. El Municipio de Guayaquil nos donó insumos porque en Quito ya no hay espacios”.Estefanía Grunauer
Supervisora del DMQ

En Pisulí, quienes no participan de los partidos de vóley no se atreven a reclamar a los desobedientes, pues temen por su seguridad. “No se sabe cómo pueden reaccionar, por eso nos limitamos a no salir si no es realmente necesario”, expresó Luis Benalcázar.

En otras calles de ese mismo barrio las canchas también estaban ocupadas por grupos numerosos de personas. “Luego del juego además se ponen a beber y no cumplen con el distanciamiento ni el uso de la mascarilla”, concluyó Grunauer.

A falta de canchas, también se cierran calles para jugar vóley, en Pisulí.Karina Defas
Incautaron 2.700 litros de ‘trago’ sin registro sanitario

​Chillogallo es uno de los sectores del sur donde existe un alto índice de contagiados de COVID-19. 1.134 casos en total.
El sábado, la policía decomisó allí más de 2.700 litros de licor artesanal puro listos para la venta.
El ‘trago’, sin registro sanitario, era envasado en pequeñas botellas de plástico para ser negociado desde 30 centavos hasta un dólar.

Varios locales fueron inspeccionados por los policías del Distrito Quitumbe, quienes hallaron canecas y tanques de plástico llenos del conocido licor ‘pájaro azul’ y ‘puntas’.
Por las ventas ambulantes, el expendio de licor a cualquier hora del día, la no utilización de mascarilla y no respetar el distanciamiento social, las autoridades realizaran un operativo en la zona.
Algunos negocios fueron clausurados por incumplimientos en sus condiciones higiénico-sanitarias, mal almacenamiento de la materia prima y guardar botellas con licor listas para su comercialización. La bebida ilegal, que llega desde la provincia de Cotopaxi, fue decomisada y varios propietarios de locales fueron citados.