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En La Marín, se ejecutan operativos para evitar aglomeraciones. .RENE FRAGA

Coronavirus: ¡El ‘acolite’ de la gente es todo!

La ciudadanía cumplirá un papel fundamental luego de que termine el estado de excepción en el país. 

Manuel Palla es un betunero que trabaja en el Centro Histórico de Quito, uno de los lugares que registra más contagios de COVID en la urbe. Hasta el 31 de agosto, en este sector se reportaron 885 infectados con el virus, según el COE Provincial.

Por eso, Palla está preocupado por la culminación del estado de excepción, que será el próximo sábado 12 de septiembre porque, según él, la situación se descontrolará y el coronavirus se propagará más rápido.

Ante esta realidad especialistas en sociología y medicina consideran que la capital se prepara para dos posibles escenarios. Por un lado, existiría un desbordamiento en el sistema de salud por los nuevos casos que se reporten al relajarse las medidas de restricción, por otro, la ciudadanía tomaría conciencia de la situación al ver el incremento de infectados y muertos.

920 personas han fallecido por COVID-19 en Quito.

Líderes comunitarios

El sociólogo Julio Echeverría señaló que en un inicio tendríamos un rebrote del virus, que podría volver a saturar los hospitales, porque los ciudadanos no tendrían encima una autoridad que “los esté vigilando” y que controle la propagación.

Sin embargo, el especialista espera que ocurra lo contrario, que las personas asuman su responsabilidad como individuos para cuidar a la población. En este escenario, la ciudadanía se dará cuenta de que su comportamiento es significativo para que los resultados a nivel colectivo sean evidenciados. 

Echeverría explicó que se deben reforzar valores como la empatía, la solidaridad y el compromiso con el prójimo. “Es importante romper con la idea de que el contagiado con COVID-19 debe ser excluido en términos morales”.

Desde el campo de la medicina, Víctor Álvarez, presidente del Colegio de Médicos de Pichincha, concuerda con Echeverría. Añadió que se debe trabajar en comunidad con el objetivo de enviar un mensaje de prevención y promoción de salud.

Asimismo, exhortó a los medios de comunicación y a las autoridades gubernamentales a que en sus informaciones eviten el contenido de relajamiento en las medidas de bioseguridad. “Es posible que en un futuro podamos vivir sin el uso de la mascarilla. Pero el lavado de manos y el distanciamiento son claves”.

Para Álvarez, el estado de excepción solo sirvió para tomar decisiones y generar acuerdos que sirvieron a la situación económica, pero que “no influenciaron en la dotación de recursos al sistema sanitario”.

Por eso, según el médico, la responsabilidad en el control de la pandemia recae en la ciudadanía. Hay que formar líderes comunitarios que profundicen el mensaje de concienciación. “Pero ojo, no deben ser líderes políticos”, precisó.

Esto en vista de que se aproximan elecciones presidenciales y puede ser una ‘cortina de humo’ que desvíe la atención de la crisis de salud, según el sociólogo Echeverría, quien añadió que el tema de la pandemia debe estar en la agenda de todos los candidatos.

Desde la calle Chile, el limpiabotas Manuel Palla espera que la gente sea más cuidadosa luego de que termine el estado de excepción. Él observa a diario cómo los transeúntes no usan mascarilla ni cumplen con el distanciamiento social. “Los comerciantes golpean a las autoridades cuando les piden que eviten aglomeraciones”, comentó.

Esta realidad se puede comprobar con los datos que maneja la Agencia Metropolitana de Control, que señala que en el Centro Histórico se levantaron 326 sanciones a personas por mal uso del espacio público.

Las aglomeraciones constituyen uno de los problemas que más afectan a la capital.RENE FRAGA