A Rafael Ramos le poncharon las cuatro llantas a punta de bala. Realizaba su recorrido habitual en un expreso institucional a la 01:00 por el sector Las Malvinas, sur de Guayaquil, cuando fue interceptado por delincuentes en motos. Estos lo asaltaron a él y a los trabajadores de la empresa a la que ofrece movilización. 

Le ‘pelaron’ todo, pero le dejaron el ‘chip’ del miedo de seguir frente al volante de este servicio, al igual que a sus compañeros de gremio, dice Cecilia Carriel, quien también hace expreso para una escuela, un colegio y una empresa desde hace 20 años. 

“Ando nerviosa, asustada y con tensión todo el tiempo, aunque tenga los vidrios arriba”, menciona. Sin embargo, no puede dejar de salir de su casa porque “¿de qué vivo?”. 

Cecilia sale a laborar a las 05:00. Apenas pone un pie en la calle y se angustia. Por el servicio de expreso escolar circula por la Perimetral, Trinipuerto y Batallón del Suburbio. Cuando hace el recorrido de la empresa se interna en el sur, pero igual pasa por la Perimetral. Teme que en cualquier momento la asalten en esa zona. 

El robo a un expreso escolar, donde un estudiante de 14 años resultó herido por una bala en una pierna, a las 05:50 del pasado lunes en la 23 y Chambers, desató quejas y temor entre padres de familia, no solo por la falta de patrullaje policial al amanecer, también por la inseguridad a la que están expuestos los conductores de esta clase de transportes.

En Guayaquil, solo en este año se han registrado 407 asaltos a expresos escolares e institucionales, según la Federación Nacional de Transporte Escolar del Ecuador.   

Cecilia Carriel, Viviana Hervas y Juan Méndez, conductores de expresos escolares, aseguran no haber visto patrulleros en las calles durante sus recorridos.

“Yo, en mis 25 años de servicio, no los he visto (Policía Nacional) en las madrugadas” dice Juan.

Y para evitar robos le ha retirado el logo del colegio al que le hace expreso. Además, les pide a los estudiantes que no usen los celulares mientras viajen en su furgoneta porque “el carro parece arbolito de Navidad” y los delincuentes calculan ‘al vuelo’ cuánto ganan si se llevan todos los teléfonos.

Viviana Hervas, coordinadora de rutas de una institución educativa, ha apelado a la “concientización”, como ella la llama, que pueden transmitir los padres a sus hijos. 

Ha solicitado que les expliquen que si los conductores les piden que se tiren al suelo solo deben obedecer sin preguntar la razón. “Esto le hemos dicho a los padres de la mañana y la tarde (jornadas matutina y vespertina) porque para la delincuencia no hay horario”. 

Alejandra German, madre de familia, siente preocupación en confiar a sus tres pequeños hijos a este servicio. “Temo que un asalto concluya en una desgracia mayor”. 

Ante esta situación de inseguridad, la rectora de la Unidad Educativa Especializada Fasinarm, Mónica Bermúdez Freire, no cree que volver a la educación virtual sea la solución para reducir los riesgos. 

“La no presencialidad implica un riesgo importante de no asegurar el aprendizaje de muchísimos repertorios vitales, entre ellos el de supervivencia, si así lo podríamos llamar, ante este ambiente de inseguridad en que vivimos”, explica.

¡Se 'durmieron'!

Diario EXTRA solicitó a la Policía Nacional las cifras de delitos de robo a buses escolares reportados dentro de la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón) en lo que va del año, a lo que la institución respondió que serían cinco los casos dentro de sus registros. Sin embargo, hasta el cierre de esta edición, no especificaron cuáles serían las estrategias para brindar seguridad a los vehículos que transitan desde la madrugada por la ciudad.