Ricardo Carvajal, uno de los ocho terroristas que atentó contra la Escuela de Cadetes General Santander, en Bogotá, Colombia, y en el que murió la ecuatoriana Érika Chico, fue condenado.

Tres años después del hecho, que enlutó a una familia quiteña y a otras 21 del país vecino, “se empieza a hacer justicia”, dice Robert Chico, padre de la joven cadete.

Aunque el dolor por su muerte es indescriptible para él, siempre está atento a las diligencias que se realizan en torno al caso. Incluso viaja constantemente a Colombia para participar en los plantones que los allegados de los afectados hacen para exigir una condena en contra de los procesados.

De a poco se van viendo resultados, dice Chico. La tarde del miércoles pasado, el juzgado segundo especializado de Bogotá aceptó el pedido de la Fiscalía General.

Carvajal fue acusado por los delitos de terrorismo agravado, daño en bien ajeno, homicidio agravado, tentativa de homicidio agravado y uso de material privativo de las Fuerzas Militares. Aunque aún no se establecido el tiempo en prisión, él podría pasar en ‘cana’ hasta 60 años, según la ley de ese país.

“Él habría rentado el auto y el lugar en el que se armó el cochebomba con 70 kilos de pentolita”, asegura Chico.

La triangulación de llamadas fue una de las pruebas contundentes que se presentaron en la audiencia. En una de las escuchas, Carvajal habla sobre el atentado y le pide a su interlocutor que se esconda.

Las investigaciones determinaron que alias James, la persona con la que mantiene el diálogo, tendría relación directa con la guerrilla del ELN (Ejercito de Liberación Nacional) en Bogotá.

Para Chico, esto es preocupante, sobre todo, porque cree que en el ataque hubo infiltrados dentro de la escuela. “Cuando uno llegaba te revisaban hasta los dientes. No tiene sentido que una camioneta con explosivos haya entrado como ‘Pedro por su casa’”, manifiesta.

La teoría

Un estudiante infiltrado

Otro dato revelador que se evidenció en el proceso es la identidad de uno de los ochos implicados. “Era un cadete, un estudiante y compañero de mi hija. Estuvo seis meses y pidió la baja”, cuenta.

Esto le hace suponer a Chico que se trató de un ataque muy bien planeado y que hasta contaba con el apoyo de miembros de la institución policial.

Hoy, el padre de Érika solo espera que Carvajal reciba la condena máxima. En los próximos días se fijará una audiencia en la que se conocerá el fallo completo. Mientras tanto, el acusado se encuentra en la cárcel La Picota.

Las Claves

Víctimas

Además de los 22 muertos, el atentado terrorista dejó 81 heridos.

Detenido

Carvajal fue capturado horas después del hecho en el barrio Los Lanches, al sur de Bogotá.

Cargos

Fue acusado como coautor.