Exclusivo
Actualidad
Colombiano caminó hasta Ecuador en busca de su madre desaparecida
Rosalba Velandia salió de su casa en Bucaramanga sin decir nada. Su hijo cree que está en una ciudad imbabureña. Conozca más
“Esta es una preocupación que no te deja en paz. Desde que te despiertas hasta que te duermes”, dice Sergio Delgado refiriéndose a la desaparición de su madre, Rosalba Velandia Salazar.
Este joven de 27 años emprendió una caminata desde Bucaramanga, norte de Colombia, hasta Ecuador para hallar a su progenitora, que hace un año salió de su casa sin decir nada. “No sacó el celular, ni sus llaves, ni ropa. Solo se fue”, cuenta.
El 14 de julio de 2022, Sergio llegó a su casa y encontró las puertas abiertas. Preguntó a vecinos y familiares. Nadie sabía nada. Desde esa fecha se convirtió en un investigador privado.
Él va por las principales carreteras y calles con un letrero sobre su cabeza con la frase: ‘Mi mamita aparecerá’. Ese también es el nombre de la fanpage de Facebook (página utilizada como canal de comunicación) que creó para difundir su caso.
En sus averiguaciones encontró videos en los que se ve a su madre caminando sola. Calcula que caminó por lo menos 20 kilómetros por la vía nacional y hacia el sur. Sergio siguió su rastro hasta la frontera con Ecuador. “Yo no pierdo la esperanza y aunque nadie me ayude seguiré”.
Hijo de mujer desaparecida
Nuevos datos
Hace un par de días se contactaron con él para enviarle fotos de una mujer caminando por las calles de Ibarra, en la provincia de Imbabura. “Tiene casi las mismas características, debo comprobar si es o no”, sostiene.
La mujer de las fotos concuerda en un buen porcentaje con las características de Rosalba: tez trigueña, ojos cafés, cabello negro y largo. Las imágenes son del pasado 5 de julio. “Se la ve maquillada, pero quién quita que vino con alguien, que se enamoró o algo así”, dice con esperanza.
Lea también: Padrastro mató a golpes a niña de 3 años por no dormirse, asegura madre de la víctima
Para Sergio, también existe la posibilidad de que ahora sea una habitante de calle o que fuera acogida por alguna familia.
Él cuenta que nunca tuvo problemas con su madre, quien se desempeñaba como comerciante en un local de Bucaramanga. Pero reconoce que la señora de 57 años padece de depresión desde hace dos años.
Aventones y ayuda
La mañana del miércoles, Sergio fue convocado a una reunión con funcionarios del Consejo de la Judicatura. “Me tomaron la declaración de los hechos. Realmente espero que me puedan ayudar, porque hasta ahora he luchado solo”.
Su cruzada se extenderá, si es necesario, a todos los países de Sudamérica, puesto que está seguro de que su madre sigue con vida y no puede volver a casa sin al menos darle un abrazo.
Su caminata, que combina con aventones o viajes en bus, la ha financiado con la generosidad de la gente que le ha dado comida y techo en cada ciudad por la que transita. En Quito, por ejemplo, una familia le ha dado posada y comida desde que llegó hace unas tres semanas.
Él también se desempeñaba como comerciante en su ciudad natal. Tiene un hermano mayor, que se quedó allá. “Él siguió con su vida, yo no puedo”, indica.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!