Cerca de 100 personas se pararon afuera de la morgue de Machachi, en Mejía. En medio de la tristeza, ellos esperaban sacar a los tres fallecidos de un choque de dos automóviles, ocurrido a las 05:15 de ayer, en Cutuglagua, norte de ese cantón.

La gente estaba amontonada y lloraba. Se consolaba con abrazos. “¿Por qué te fuiste, mamita?”, gritaba una mujer mientras la sostenían. Para ella fue tan impactante la noticia que luego de unos segundos se desmayó y la cargaron para luego sentarla en una vereda.

José Cuyo, uno de los allegados, explicó que los afectados asistieron a una reunión en Alóag, parroquia mejiense. Cuando el encuentro se terminó, los ocho integrantes de una familia se subieron a un automóvil rojo.

Según Cuyo, ellos se estaban dirigiendo a Quito. Cuando estaban por el barrio El Tambo (Cutuglagua), una camioneta amarilla con balde de madera los impactó en el costado izquierdo.

Un fugado

Los ocho pasajeros del primer carro quedaron atrapados. Para liberarlos se necesitó la ayuda de bomberos de Mejía y Quito, quienes al llegar se percataron que cinco de ellos aún se hallaban con vida.

Inmediatamente los llevaron hasta el hospital básico de Machachi. Entretanto, se comunicó a los policías del eje vial del sector para comenzar las investigaciones así como para el levantamiento de los cadáveres.

Los primeros datos señalaron que se trató de una colisión lateral perpendicular. Pero no se precisó cuál de los dos automotores tuvo la culpa. Aun así, el chofer de la camioneta se fugó, según los indicios.

Eran de Cotopaxi

Jorge Cuyo, otro de los parientes, contó que la mayoría de los afectados se dedicaba a la venta de frutas en el centro de Quito, y también eran estibadores. “Ellos vivían en Guamaní (sur quiteño), pero todos pertenecemos a la comunidad de Tigua, en Cotopaxi”.

Cuyo agregó que la situación económica de las víctimas no pasaba por su mejor momento. Por eso hicieron una colecta para costear los gastos fúnebres y médicos de los sobrevivientes.

Usando una chalina, dos personas recorrían entre la multitud para recoger dinero. Entre ellos estaba Agustín Cuyo, concejal de Pujilí (Cotopaxi), quien afirmó que donarían tres féretros para las víctimas. “Esto es algo que debe investigarse para saber qué sucedió realmente”, afirmó.

Se tenía previsto hacer las exequias en el sur de Quito, para luego trasladar los cadáveres hasta su tierra natal.