La leyeron demasiado tarde. Manuel, de 36 años, habría dejado una carta a su madre, la noche del pasado sábado, anunciando lo que, al parecer, haría: asesinar a sus tres hijas menores de edad y luego colgarse.

Al menos esta es la primera hipótesis que tiene la Policía sobre la macabra escena con la que se toparon la mañana de ayer dentro de una vivienda en la cooperativa Isla del Valle, en la Isla Trinitaria, al sur de Guayaquil: las tres niñas, de 15, 12 y 6 años yacían acostadas sobre una cama, arropadas como si durmieran, pero estaban muertas. El cadáver del padre pendía del techo.

“Él anoche llegó a la casa con una cajita donde estaban las cédulas de las niñas, la carta y las llaves, pero nunca nos imaginamos nada. No leímos la carta hasta la mañana siguiente (ayer)”, relató.

Antes de las 09:00 de ayer, la cuñada de Manuel llegó alterada a la casa de la mamá y abuela de los fallecidos, preguntando por él. Les confesó que, durante la noche, le envió un mensaje en el que le pedía que fuera a “recoger los cuerpos de las bebes”.

Fue entonces cuando leyeron la carta del joven que decía: “Madre, te pido perdón por lo que hice. No tengo perdón de Dios. Lo único que te pido es que a mis hijas las entierren junto a mí. No dejes que las aparten de mí. Te lo pido por favor, madre. Perdóname”.

Inmediatamente salieron del domicilio, que está a pocas cuadras de la casa donde ocurrió el hecho, y al abrir la puerta se encontraron con la desgarradora escena.

Marcos, padre del fallecido, caminaba desesperado por la calle. Recordó que su hijo tenía que ir a trabajar junto a él el sábado, pero nunca llegó. No le pareció extraño porque asumió que tenía que cuidar a las menores de edad.

El hombre no tiene una explicación exacta de lo que habría motivado a su hijo, pero presumía que lo más probable era que estaba deprimido por la separación con su mujer. “Es un cobarde, mire que matarme a mis tres niñas. Que se mate él, pues, si le apestaba la vida”, reclamó. Además del dolor de haber perdido a su hijo y sus tres nietas, Marcos estaba preocupado porque no tienen dinero para las cajas y el entierro de sus parientes.

En el vecindario, la noticia les causó conmoción e incredulidad. Rosa, de 70 años, era vecina de Manuel y quien les cosía los uniformes a las niñas. Miraba el procedimiento de los agentes y no hallaba explicación a lo ocurrido. Describía al joven como un muchacho tranquilo, que no bebía ni fumaba y que no discutía con nadie.

Contó que desayunaba cuando escuchó unos gritos que la alteraron. “Se escuchaba a una mujer que gritaba ‘por tu culpa las mató’, pero no entendía lo que pasaba. Luego nos enteramos que el chico supuestamente mató a las niñas y después se eliminó”, contó.

Jorge también era vecino del fallecido. Dijo que el sábado le pareció extraño no verlo ni a las niñas, que acostumbraban a salir a andar en bicicleta por el vecindario. Aseguró que, al menos por lo que veían de lejos, él siempre fue un padre preocupado por sus hijas, pero no sabían mucho sobre su vida porque era una persona callada.

Hipótesis

Francisco Hernández, jefe de la Dirección Nacional de Delitos contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro (Dinased) de la Zona 8, luego del levantamiento de los cuatro cadáveres, explicó que como primera hipótesis presumen que Manuel habría asesinado a sus hijas y luego se suicidó.

“Tenemos que esperar a la autopsia para determinar las causas de muerte. Sin embargo podríamos estar hablando de un envenenamiento en primera instancia, y estamos viendo, de acuerdo a los objetos utilizados, elementos constrictores (ahorcamiento). Eso se debe analizar si se usaron estos objetos post mortem”, detalló.

Agregó que levantaron indicios como medicamentos y sustancias que podrían estar vinculadas con las muertes.