Cuando Santiago Rocafuerte adquirió su casa en septiembre pasado, lo hizo pensando en un lugar seguro para su familia. El septuagenario nunca imaginó que 10 meses después y antes de que se cambiara a su nuevo hogar, se arrepentiría de haber escogido el plan habitacional Ciudad Victoria (noroeste de Guayaquil) como el lugar para vivir junto a su esposa e hijos.

La noche del jueves el adulto mayor y al menos otras cinco familias fueron víctimas de delincuentes, quienes tras amedrentar un día antes a los guardias de la garita, ingresaron a la urbanización y estrucharon varias viviendas.

Para romper las seguridades de los inmuebles, los pillos lo hicieron a patadas o utilizando una ‘pata de cabra’, herramienta con la que rompieron las seguridades de los inmuebles y se metieron a robar los electrodomésticos. Una de las residencias afectadas es la de Santiago, a quien se le llevaron la cocina y el tanque de gas que había adquirido hace un mes, además de otros utensilios.

“Mi sueño era tener un hogar seguro. La fecha escogida para cambiarnos era diciembre, pero ahora mi familia ya no quiere, está con miedo y es entendible, temen que pueda ocurrir algo”, manifestó con preocupación Santiago, quien durante más de 40 años ha trabajado como chofer.

El atraco a las viviendas y el instante en que los antisociales huían con el ‘botín’ fue registrado por moradores con sus celulares. En las imágenes se observa a los ‘choros’ meterse a las casas y llevarse los electrodomésticos.

Verónica (no dio su apellido por temor a represalias) contó que eran al menos 30 personas, entre hombres y mujeres, y que llegaron en motocicletas y tricimotos. “Sacaban las cosas de las casas y las subían en las motos. Así se llevaron cocinas, colchones y hasta neveras. Llamamos a la policía, pero llegó después de dos horas”, recordó Verónica, vecina de los perjudicados.

También son ‘vacunados’

Sin embargo, este no es el único temor que cobija a los habitantes de esta zona porteña. Ellos también son víctimas de extorsionadores, quienes para no meterse a sus domicilios o no hacer daño a sus seres queridos les exigen dinero.

“Los dueños de los locales deben pagar 150 o 200 dólares, depende el tipo de negocio. Los residentes pagamos $ 5. Vienen en grupos de hasta 10 personas y en moto. Estoy segura de que son las mismas personas que se metieron a robar en las casas. Ellos aseguran que pertenecen a Los Choneros”, aseguró una moradora.