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Andrés Cachimuel señala la puerta por donde ingresaron los delincuentes, quienes hicieron un hueco.Karina Defas

Los choros tragaron, ‘chuparon’ y robaron la casa de una familia en Selva Alegre

Una banda de unos 15 pillos entraron a una casa. Tras maniatar a los miembros de una familia, hasta se ‘mandaron’ el chicharrón que había en la cocina.

Andrés Cachimuel y su familia fueron presas de una organización de delincuentes que los maniataron y les vaciaron su casa, en Selva Alegre, suroriente de la capital.

Ellos se han convertido en otras víctimas de nuevas bandas que han surgido en la capital, las mismas que, según la Policía y un experto en seguridad, son novatas, pero con comportamientos más violentos.

Según cifras de la Dirección General de Investigaciones (DGI), en la capital han incrementado las denuncias en contra de agrupaciones que se dedican a robar casas. En comparación al año pasado ha aumentado un 10 %.

Eran las 20:30 del viernes pasado. 15 sujetos, entre hombres y mujeres, ingresaron por el garaje donde funciona un taller y sometieron a los mecánicos.

Luego rompieron la puerta de la casa de los Cachimuel y sometieron al padre de Andrés y a sus ayudantes, quienes cargaban costales de víveres en un camión. El joven bajó luego de escuchar el ruido y un sujeto le apuntó en la cabeza. “¡Tírate al piso o te meto un ‘pepo’!”, le dijo.

Según el testimonio, los delincuentes maniataron a las víctimas con sus mismos cordones de los zapatos y con cables de audífonos. Además, les cubrieron el rostro con una manta.

Los ‘choros’ se comportaron como si estuviesen en su propia casa. Andrés contó que mientras se sacaban las joyas, el dinero y los equipos electrónicos, los pillos se comieron el arroz con chicharrón que la familia había preparado. Por si fuera poco, se tomaron unas ‘bielas’ de la refrigeradora antes de robársela.

El joven relató que estuvieron maniatados hasta la 01:30. Durante ese tiempo escucharon cómo la banda de delincuentes se llevaba sus cosas utilizando dos vehículos, “como si fueran fletes de viaje”.

Bandas en pañales

Lo que le pareció extraño a Andrés es que los delincuentes no actuaban como si fuesen profesionales.

Por ejemplo, mencionó que en algunas acciones no coordinaban entre ellos, se insultaban, algunos no usaban guantes o tenían el rostro descubierto. Incluso, dejaron abandonado un gas pimienta que usaron para amedrentar a la familia.

Ante esto, Ana Minga, experta en perfilación criminal y perito del Consejo de la Judicatura, explicó que así se comportan las bandas delictivas que son nuevas.

Ella dijo que los principiantes suelen querer mostrar su poder mediante actos que no son planificados como, en este caso, quedarse por varias horas en la casa donde robaban. Además, otra acción que denota que son novatos es el hecho de dejar sus huellas por todo el lugar. “No piensan que una evidencia puede complicar la escena y ellos caer presos”.

La experta añadió que con el tiempo, si siguen en el ‘camino del delito’, pueden perfeccionar sus actos y convertirse en una banda del crimen organizado.

La víctima muestra los cordones con los que los maniataron.Karina Defas