Luis Taipe era el más ‘pilas’. Él se encargaba supuestamente de maniatar a las víctimas con sus cordones y las arrojaba en terrenos baldíos. Luego huía con sus compinches.

Él y los hermanos Geordan y Mishell Herrera fueron capturados por la policía, la tarde del jueves, mientras esperaban a sus ‘presas’ en la subida a Lloa, sur de la capital.

El coronel Carlos Fuertes, comandante subrogante del Distrito Eloy Alfaro, señaló que los tres solían esconderse entre los matorrales y luego, cuando veían a un ciclista o corredor avanzar por la cuesta, salían de su ‘trinchera’ y, al parecer, lo atacaban.

Los hombres tenían un arma de fuego cada uno; la chica usaba un cuchillo. También les hallaron prendas de vestir con las que despistaban a los moradores. “Usaban pijamas y se hacían pasar por comuneros”, dijo Fuertes.

Por si fuera poco, Taipe utilizaba pupos (zapatos deportivos) para, según el coronel, tener más agarre en el terreno y poder huir con mayor facilidad entre los matorrales.

Banda de familiares

Luego de que los capturaran y los llevaran hasta el cuartel de Policía, el teléfono de Geordan comenzó a recibir mensajes de texto.

Le preguntaban “¿si están bien? ¿Los cogieron? ¿Y los juguetes?”... Un oficial se hizo pasar por el joven y respondió que estaba escondido. Ante esto, el último mensaje que recibió fue: “Entonces sí le agarraron a la Mishell”.

La joven, de 18 años, miró por unos segundos su rostro reflejado en el vidrio trasero del patrullero en el que la llevaron detenida y empezó a llorar.

La mujer fue detenida en abril de este año en el mismo sector. Ella, su prima y su madre hacían lo mismo. Supuestamente robaban a quienes iban hacia Lloa. La diferencia era que en ese entonces utilizaban gas pimienta y cuchillos.

Además, cuando detuvieron a Mishell, ella era menor de edad y estaba embarazada. La joven cumplió 18 años y dio a luz hace cuatro meses, por lo tanto, los agentes pudieron llevarla hasta la Unidad de Flagrancia para iniciar el proceso judicial en contra de ella y sus cómplices por los delitos de robo con violencia y porte ilegal de armas.

Investigación

Uno de los moradores se enteró de la captura de los presuntos delincuentes y llamó a una de las víctimas para que los reconociera.

Raúl (nombre protegido) llegó al cuartel e identificó a los tres como los causantes del robo de su bicicleta de casi 1.000 dólares. El hombre recordó que los delincuentes lo abordaron con pistolas y le despojaron de sus pertenencias.

Además, mencionó que su ‘bici’ la encontró en un taller en el norte de Quito, donde vendían los vehículos robados.

Eran peligrosos

La captura de los tres presuntos delincuentes fue parte de una operación denominada Rayo Rojo, impulsada por el comandante de la capital, el general César Zapata.

El operativo se inició el 4 de noviembre y concluyó ayer. El general indicó que durante ese tiempo desarticularon a seis bandas delictivas, detuvieron a 281 personas por los delitos de robo, tráfico de droga y porte de armas.

Además, decomisaron 1.196 armas blancas y 18 pistolas.