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¡Chamuscado en el Ilaló!
En Quito, un hombre fue al lejano sitio y tras dejar una carta exculpatoria se habría prendido fuego. Moradores encontraron su cadáver carbonizado.
Un tremendo susto se llevó la dueña de unos chivitos cuando descubrió el cuerpo de un ser humano humeando en una quebrada del Cerro Ilaló, al suroriente de Quito.
El fin de semana fue de terror para las personas que se enteraron del hallazgo de un hombre carbonizado entre los matorrales.
Al principio pensaron que había sido llevado hasta aquel lejano sitio para ser linchado y quemado. Pero pronto se apresuraron a llamar al ECU-911 para informar que había aparecido el cadáver en el sector de Praderas del Ilaló.
Personal de la Dinased y Criminalística llegó al bosque y fue a una quebrada en donde constataron los restos.
Un morador de la zona manifestó a los uniformados que desde una considerable distancia logró divisar humo que salía de una hondonada.
El habitante imaginó que estaban haciendo carbón y se alejó del sitio, sin dar importancia. Horas más tarde se enteró de que lo que ardía entre los arbustos era un ser humano, de quien se desconoce su identidad y los motivos que lo llevaron a presuntamente quitarse la vida.
Tras las diligencias de ley, el cadáver fue enfundado, colocado en la ambulancia de Medicina Legal y llevado a la morgue para saber de quién se trata.
Un dato ‘pepa’
Entre las evidencias que recogieron los investigadores estaban un reloj y una hoja a cuadros con un manuscrito que fueron llevados al Departamento de Criminalística para su análisis. También se iba a realizar la toma de huellas dactilares para conocer su identidad.
El capitán Manuel Pazmiño informó que “la primera hipótesis que se puede manejar es un presunto suicidio por la carta exculpatoria que se encontró. Pero se continúa con las investigaciones para establecer otras hipótesis”.
Las pesquisas determinarán el tipo de material inflamable que utilizó para supuestamente prenderse fuego.
"La persona que fue encontrada por moradores del sector estaba en una especie de hoguera y tenía quemaduras en todo el cuerpo”. Manuel Pazmiño