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¡Sin muertos están en paz! No se construirá cenizario en área protegida
El proyecto se iba a levantar en 47,5 hectáreas de una zona protegida, hasta que el alcalde de Quito, Jorge Yunda, confirmó que la obra ya no va.
Lo primero que Miguel Recalde notó cuando llegó a trotar en el barrio La Primavera, norte de Quito, fue que varios hombres talaban árboles en las proximidades del Cinturón Verde, un área protegida de la urbe.
Cuando lo comentó con sus vecinos supo que ahí se construiría el Cenizario Urkupamba, cementerio que ocuparía 47,5 hectáreas de seis barrios de la parroquia Belisario Quevedo.
Era el retorno de una pesadilla que creían concluida, según Andrés Haro, coordinador de la organización Defensa del Bosque Protegido de Pichincha. En 2015 hubo un primer intento de llevar a cabo esta obra, que en ese momento se llamaba Camposanto Altos de la Paz.
Se hizo una socialización en la que participaron la Secretaría de Ambiente del Municipio y el Ministerio del Ambiente y Agua al ver que el trazado del proyecto ingresaba en el Flanco Oriental de Pichincha y el Cinturón Verde de Quito.
Sin embargo, la Declaración de Impacto Ambiental citó las afectaciones a raíz de la construcción del agua subterránea, la fauna y flora.
“Se negó el permiso y creímos que hasta ahí llegaba, imagine nuestra sorpresa al ver que, seis años después, había sido autorizado y que se preparaba la construcción”, dijo.
Los moradores se organizaron y protestaron desde la primera semana de enero. Por dos ocasiones se tomaron un tramo de la avenida Mariscal Sucre, en el occidente, para exigir que se respete la flora y fauna de las laderas del Pichincha.
El acceso a la montaña se cerró con una reja y un letrero, lo que los habitantes vieron como un acto de retaliación.
Con los ‘churos hechos’
El miércoles, Jorge Yunda, alcalde de Quito, anunció que no se dará paso al proyecto de construcción de este cenizario en la parroquia Belisario Quevedo, con el fin de preservar la naturaleza y la seguridad de los habitantes del sector.
Yunda mantuvo una reunión con los moradores de los barrios San Vicente de Las Casas, La Primavera y Belisario Quevedo, tras visitar el bosque. Allí confirmó que se trataba de una zona protegida y que los constructores no tenían los permisos necesarios.
“Hay unos ‘claros’ (espacios sin árboles) que se pueden reforestar. Vamos a disponer que no se afecte esta área... ", dijo.
Esto luego de que semanas anteriores la Secretaría de Territorio, Hábitat y Vivienda habría dicho a los vecinos que el uso de suelo determinado para este sector de la parroquia Belisario Quevedo, sí permitía esta actividad.
“No comprendíamos en qué momento se cambió el uso de suelo...”, subrayó Kléber Chalá, dirigente del barrio El Trigal.
Los temores, además del daño ambiental, fueron que se produjeran deslaves por la remoción de tierras y que los crematorios provocaran contaminación del aire. Pero ya no hay más preocupación.
Yunda enfatizó en que dadas las circunstancias económicas por la pandemia, se buscarán fondos municipales para expropiar cualquier proyecto de esta reserva natural.